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¿Quién como los All Blacks? –Jon Galzagorri
plantea la diabólica cuestión en el vestuario mientras se frota las coyunturas
con su bálsamo preparatorio- ¿Algún equipo se puede comparar al de Nueva
Zelanda en las apuestas?
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Si quieres ganar dinero: apuesta por Fiji –el Barón
de La Florida comenta volcando su bolsa de deporte sobre la banqueta, caen al
suelo desde un casco pelado en diversos puntos hasta un crampón oxidado-, o no
apuestes por nadie y guarda para cervezas.
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Hay que darle su posibilidad a Inglaterra, que
juega en casa y, aunque nos caigan como nos caigan –el Marqués de Altamira lo dice
mirando a Galzagorri y a Hiruntchiverry que siempre están de acuerdo en que
Inglaterra es “el enemigo”-, los ingleses tiene un espíritu de lucha insuperable.
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No puedes descartar a los Springboks que en los
mundiales se crecen –Hiruntchiverry ya se ha vendado hasta la nariz, lo hace
siempre ya sea un “tocata” o una “pachanga” (Modalidades de rugby sin mucho
contacto para jugar entre amigos) en lo que participe-, y tienen tantos
jugadores que varios nos van a cantar La Marsellesa con más emoción que muchos “citoyens”.
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Yo descarto a todos, menos los All Blacks –
Galzagorri ya está saliendo al campo donde los que vienen preparados desde casa
esperan pasándose un oval nuevo con los colores de Euskadi-, cualquier otro campeón sería una sorpresa,
ellos solo tiene como enemigos a ellos mismos, que tengan ese día en que les da
el viento palomero en la cabeza y que se empeñen en no ganar.
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¿Dónde habéis reservado para la orgía luego? –Pregunta uno
de los del campo que no se pone de corto si no hay tercer tiempo después-.
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