¡Es más fácil ganar a los All Blacks! –Pensé cuando el amigo Carlos me habló de un nuevo periódico en Gipuzkoa-. Y cuando me explicó que su objetivo era ser el periódico de todos los guipuzcoanos me animé a colaborar lógicamente, aunque era evidente que, estando la zona de juego ocupada, buscarse un intervalo para pasar iba a ser complicado.
Nací en la primera del siglo XX y a lo largo de mi donostiarra vida he presenciado esta competición periodística hasta el aburrimiento y, por tanto, he visto cerrar cabeceras, abrir y cerrar proyectos varios, intentos de los de difusión estatal por implantarse en este mercado, hojas parroquiales más o menos subvencionadas languidecer engrosando los paquetes de devolución de los kioscos… y el alzamiento de la copa una y otra vez por el mismo equipo.
Las esquelas, el fútbol, las negritas, los corresponsales, algo de agencias y poco más –algún bingo o una canastilla para contraatacar en su caso-, es lo que yo creía que conformaba la estrategia de los participantes en esta competencia.
Sin embargo, toda empresa se basa en la pasión. Para ganar hay que quererlo y creer que se puede vencer. El competidor también quiere ganar, así que en consecuencia para triunfar hay que ser mejor que el adversario. Quienes dirigen este periódico, que llega hoy apenas a su primer kilómetro, sabían y saben que la carrera es larga, muy larga, que aquel primer paso inicial requería que todo el equipo se imbuyera de su pasión, de sus creencias, de su visión del futuro y que su entrada en competición iba a contribuir a mejorar a todos los rivales y especialmente a aquél a quien nadie le había hecho sombra.
Alcanzado este escalón de la experiencia, la distancia que nos separa del objetivo debe ser un acicate. No es imposible ganar a los All Blacks.
Esta fue mi columna para el número 1000 de Noticias de Gipuzkoa que no había colgado en este blog
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