lunes, 8 de noviembre de 2010

HACKING

El hacking en rugby consistía en pegar patadas en las tibias al adversario hasta que soltaba el balón. Esta acción del juego se prohibió al introducirse la regla del fuera de juego. Cuando hablamos de la evolución de las reglas del rugby, yo siempre me acuerdo del hacking perdido en la prehistoria del juego.

Estamos presenciando unos partidos en las dos divisiones de honor en los que, a mi juicio, los equipos se han acabado de adaptar a las nuevas reglas y las aprovechan para darle mayor celeridad al juego, sobre todo en las recuperaciones de balón. En ese aprovechamiento está destacando especialmente Ampo Ordizia, lo que redunda tanto en la tabla de clasificación como en la satisfacción de sus seguidores, cada vez más numerosos y en los que también se está dando una clara evolución hacia ser un público ejemplar.

Porque en el rugby el público es elemento esencial. Este juego necesita del espectador respetuoso con el adversario y con el árbitro pero que anima a su equipo y a cada uno de sus componentes siempre y que hace una fiesta de cada partido por lo que al final lo agradece aplaudiendo a todos los que, participando, le han dado una oportunidad de disfrutar del rugby.

Es evidente en las gradas que Pegamo Bera Bera no ha conseguido aun llevar una cantidad de espectadores comparable a Anoeta, mientras que el Hernani obtiene unas entradas muy dignas en Landare Toki en cualquier circunstancia. En todo caso, la calidad de los asistentes debe compensar los vacíos y el limitado aforo.

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