En esta segunda visita a Anoeta de su primer equipo se va a enfrentar a nuestro Aviron Bayonnais –digo nuestro por motivos obvios-, con las apuestas ligeramente a su favor. Al estilo de juego abierto y arriesgado de los visitantes le conviene más el estilo análogo de los anfitriones de esta vez que el que impone el Olympique de Biarritz en sus partidos. De hecho el Stade viene ganando en Bayona desde la temporada 2004-2005.
La venida del Aviron a Anoeta no es sólo por la caja que van a hacer sino que evidentemente se ha buscado cambiar el ambiente del entorno para enderezar esa mala racha y progresar en la tabla. Quizá ese efecto sicológico se desvanezca en la preocupación sobre el futuro del club y de cada jugador que ha provocado en el colectivo la lucha abierta entre los mandamases de la directiva lapurtarra.
El miedo puede tener efectos positivos pero bloquea y el deportista profesional es un ser miedoso en más o menos grado. La superación o no de ese miedo este sábado –la labor en vestuario siempre es fundamental pero esta vez Thomas Lièvremont tiene una tarea muy delicada en su primera temporada como entrenador en el Top 14-, nos puede llevar a ver un juego “a la bayonesa” o “a la bayoneta” que no es lo mismo, aunque se parezca.
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