Tenemos de nuevo un duelo, un derby, un clásico, la guerra de las galaxias o la verdadera Copa Gipuzkoa en el partido de este sábado entre AMPO ORDIZIA y HERNANI en el mejor y exótico estadio de rugby Landare Toki. Pero en realidad tenemos una fiesta en ciernes protagonizada por dos equipos que encarnan la fuerza de las dos poblaciones que representan. Y pase lo que pase, queda la vuelta.
Estos encuentros fraticidas son, según el tópico, difíciles para el favorito pero todos sabemos que en la máxima categoría de nuestro rugby no hay encuentros fáciles.
El favorito por su historia reciente y por su posición en la tabla es el visitante que se lo ha ganado con una plantilla en la que se combinan canteranos y refuerzos en unas dosis sabiamente cocinadas con ese know-how industrial del Goiherri que hace casi 40 años hizo nacer este proyecto.
Histórico es el Hernani también y está volcado en un objetivo muy difícil: compaginar la filosofía amateur de su club con el profesionalismo que se impone en la competición. Dificultad que los tigres de Landare han demostrado ya que puede vencerse sobre el terreno un sábado o un domingo cualquiera.
Ambos clubes tienen en común que necesitan que las instituciones vascas –tan futboleras ellas-, sumen sus apoyos a los de los ciudadanos que han hecho de estas dos villas unas referencias envidiables en el deporte más allá del rugby. Esos contribuyentes que desbordarán festivamente Hernani.
Porque en el rugby el público es elemento esencial. Este juego necesita de espectadores respetuosos con el adversario y con el árbitro pero que animen a su equipo y a cada uno de sus componentes siempre y que hacen esa fiesta de cada partido por lo que al final lo agradecerán aplaudiendo todos a todos los que, participando, les han dado una oportunidad de disfrutar del rugby. Y pase lo que pase: queda la vuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario