En 1903 el equipo Biarritz Stade -10 años más tarde pasaría a ser el Olympique-, adquirió los terrenos de D. José Aguilera y Chapin para instalar allí su campo de rugby, deporte llegado apenas 5 años antes desde Bayona al balneario costero.
A fin de evitar enfrentarse con sus cercanos vecinos en la inauguración, los biarrotas lanzaron sus invitaciones hacia el sur y un equipo donostiarra aceptó aquel desafío para jugar al “foot-ball rugby”. Pero o alguien no escribió “rugby” o alguien no leyó “rugby”.
Un domingo que suponemos de primavera –esto es lluvioso- los pioneros del Recreation Club de Tenis llegaron con su once titular temprano al flamante terreno de rugby, donde les esperaba una expectante multitud –no había mucho más que hacer en el pueblo-, y quince caballeros convenientemente preparados para jugar con un balón oval.
Se dice que por aquellas fechas al otro lado del Atlántico de una situación similar acabó surgiendo lo que conocemos como fútbol americano. En Biarritz las conversaciones terminaron en un partido de estricto fútbol bastante normal que fue muy aplaudido por los espectadores desconocedores de las características de ambos “sports”.
Al año siguiente, debió de haber un partido sí de rugby en Ondarreta entre un equipo de Pasajes-Donostia y un equipo de Bilbao, siendo británicos todos los contendientes, según se me contó hace años, ahora pienso que quizá fue el partido de vuelta de aquella peculiar inauguración de Aguilera.
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