Roto
Roumieu a los cinco minutos de empezar el partido, hasta Pottoka se ha encogido
en el estadio Jean Dauger, pero hoy el equipo del Aviron Bayonnais no estaba
para miedos y lágrimas. Enseguida Martin Bustos Moyano ha puesto por delante a
los locales, hoy más locales que nunca porque han sido los Iguiñiz, Ollivon,
Ugalde, Rouet… quienes se han ganado el reconocimiento de los aficionados,
llevando el peso del ataque, un ensayo de Ugalde y otro RocoçoKo más el pie del
argentino han puesto distancia y, tras la inicial remontada de los primeros
puntos, Castres no ha podido contener a los lapurtarras donde desde Van Rensburg
a Spedding han puesto por fin todo y un poco más en el campo.
Cuando
faltaba un cuarto de hora los entrenadores visitantes han lanzado la toalla,
reservando sus pivotes para la fase final y la fiesta ha empezado a estallar.
Una temporada más en Top 14 como despedida a Mr. Tchin Tchin que ha asistido
emocionado a este último partido con su patrocinio o ¿Quizá no?
Baiona
es ahora cerveza, champagne y ese maldito rosado frío de efectos laxantes que
nuestros hermanos del norte beben hasta perder las maneras. Pero por esta vez
esperemos que la bilis no llegue al Nive ni al Adour.
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