66ème Festival du Cinéma de Venise (Mostra), 11ème jour (12/09/2009) Tapis rouge pour la soirée de cloture du Festival de Venise 2009 Sylvester Stallone (Photo credit: Wikipedia) |
-En
aquel tiempo yo tenía relaciones peligrosas, tanto profesionales, ya que alguno de mis clientes andaba en empresas de
interés nacional, como sentimentales, ya que una amistad bastante íntima se
dedicaba a divulgar todo lo que creía oír en ambos lados de la poliforme muga del
alma vasca en un medio de difusión –me decía el colega de toga y copas,
imitando al mejor Galiardo de “Turno de oficio”-, y una veces Mortadelo, otras
Filemón o Anacleto, me siguieron.
-De
esa paranoia también he padecido –le interrumpo, aprovechando que sorbía del
copón burbujeante-, y he cambiado de recorridos, me he dado la vuelta
bruscamente o he cortado conversaciones telefónicas por si acaso.
-
Pero es que a ti te han seguido los mismos que a mí y por motivos parecidos,
eso no son paranoias –El chapas éste cuando coge un tema no lo suelta-, sino el
sexto sentido que te advierte, como a los animales, la presencia de un peligro.
- ¿Y
ahora no te siguen, no te escuchan, no leen tus mensajes, tus “guasapes”? ¿Para
qué te crees que se les paga de los presupuestos públicos y de los fondos de
reptiles? –La camarera del pub parece que tiene un piercing en la lengua y me
mira con reprobación porque he debido subir el tono de voz-. Un abogado que
arrastra una cartera de clientes raros, que a las cabañas bajó y baja, que a
los palacios subió y sube, que los claustros escaló y escala y que deja
memorias amargas en los expedientes consorciales… yo si fuera el jefe te seguiría vigilando.
- Me
parece que nos están controlando aquí mismo, tengo la sensación… ¡Habla más
bajo!
La
camarera se nos acerca y nos habla. No le entiendo nada entre el piercing y que
cada día estoy más sordo, así que le doy un billete de 20 euros y espero las
vueltas. Al salir a la calle, un tipo con cara de Stallone enfadado que estaba fumando
junto a la puerta, se aparta para dejarnos pasar, son las 9 de la noche y lleva
por ahí cerca de mí desde las 7 de la mañana, me parece que es uno que trabaja
para la agencia de detectives de la bruja enana.
-
¿Cuernos? ¿Secreto industrial? ¿Localización de bienes? –Me voy pensando con un
brazo encima de la chepa del compañero-.
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