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Hernani, hay días en que el pueblo está hosco, está hosco desde la
mañana temprano. Aunque no sé por qué digo hosco en realidad, si
puedo decir desagradable o cerrado o con ganas de soltarte una hostia
por pasar por ahí. Hay mañanas en que pongo un pie en la calle o en
la plaza y ya está, ya noto que el pueblo está hosco,
especialmente hosco para ser Hernani, porque sé que para muchas
gentes de fuera de Hernani les cuesta diferenciar esos días de los
demás, de los días “normales” pero sé que esas gentes son de
las que dicen “¿A Hernani? Ni para heredar” y luego te los
encuentras en “sanjuanes” como si tal cosa -por cierto ya están
los “sanjuanes” a la vuelta de la esquina-, y es que hay mucha
hipocresía en los visitantes y no solo los ñoñostiarras, que los
hay peores. Pero siendo de Hernani, es que lo veo, hay mañanas en
que el pueblo está hosco, muy hosco. Quizá porque la humedad
industrial del Urumea se pega a los pirulos del “puerta a puerta”,
que vino para quedarse y se ha quedado y ya está y sigue funcionando
o quizá que ya ni se percibe el olor a orinas permanentes
petrificadas en lajas y paredes sobre los detergentes esfuerzos
municipales o quizá porque los fantasmas del síndrome de Hernani
que se petrificaron también en todos los años de plomo siguen ahí,
en los restos de pintadas y pancartas de interés arqueológico. Pero
Hernani, sin protesta gráfica
por quienes dictaron su agenda diaria
durante tanto tiempo, sería Santander o así, por eso tiene que
quedar ese resto de nostalgia del telón de acero gris, ese telón
que separaba Hernani de la “normalidad” y de “vaya semanita”
¿Ya no vienes por Landare? ¡No pongas caras! Siempre te ha gustado
el espíritu de Landare y has defendido a esa gente ante los
pijostiarras, pijostiarras como tú, que nunca te has llegado a
mezclar con la gente de estas calles ¿Y la feria de la cerveza?
Tampoco vienes ¿Qué tienes alergia a la cerveza? ¿Un choque
anafiláctico grave causado por una cerveza? Como te decía al
principio, hay veces en que Hernani está anafiláctico, que requiere
que te alejes en cuerpo y, sobre todo, en espíritu, como que has
tenido demasiado y has superado los límites saludables. A veces creo
que los de Hernani sobrevivimos en Hernani porque no sabemos que
estamos en Hernani, no somos conscientes. Somos tan Hernani que nos
lo llevamos a cuesta a todas partes, podemos convertir Luz-Saint
Sauveur en Hernani con nieve y ni nos enteramos. Es bueno lo de tomar
distancia, un día de éstos, un día que no sea tan hosco como hoy,
tomaré el autobús y me iré a dar una vuelta por el Paseo Nuevo de
Donostia, con un poco de suerte no veré a mucha gente de Hernani,
solo a los de siempre, a los de Hernani de toda la vida que han
tenido la misma idea.
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