Una de
las anécdotas de esta temporada ha sido la polémica entre André Boniface y
Bernard Laporte. El histórico jugador del Stade Montois criticó el juego físico
y limitado que desarrolló el RCT Toulon en su visita a la capital de las Landas
y La porte no pudo quedarse callado y en vez defender a su equipo atacó al
venerable bocazas y algo pelma –lógicamente más cerca de los 80 que de los 70-,
portavoz de un rugby de pases, de esquivar y de crear ventajas que, no contando
con los jugadores necesarios para llevarlo a la práctica, ha devuelto a los
abejorros a la segunda división.
Toulon
ha demostrado que también puede jugar y ganar con juego vistoso y sus partidos
más espectaculares han surgido después de aquel episodio y su plantilla, la
inversión en ella cuadriplica los euros que Mont de Marsan ha metido en la
suya, da para todo un abanico de juego.
Los
rebotes del balón oval me han llevado a estar con ambos últimamente y ha sido
muy agradable sino instructivo.
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