British flag of the Falkland Islands (Photo credit: Wikipedia) |
La
Fundación Rugby sin Fronteras está promoviendo una campaña de “respeto” este
año 2013. El respeto –al adversario y al árbitro-, es uno de los valores
esenciales del juego que muchos tenemos la sensación de que se está perdiendo
–“futbolizando” si se me permite-, con la consolidación del profesionalismo y
la creciente afluencia de meros espectadores a los estadios. Estos espectadores
que vienen educados de otros espectáculos deportivos en que el espectador
participa agrediendo de todas las formas posibles al equipo adversario, sus
seguidores y al árbitro -incluso aunque no haya partido concreto, como se ha
constatado en la visita de cortesía que seguidores de un histórico club vasco
hicieron recientemente a Donostia-. El espectador en el rugby debe participar
desde el respeto tanto a quien nos honra con su mejor juego para vencer a
nuestro equipo como a quienes dirigen, porque también aman este deporte, el
encuentro. Apoyar unos colores no exige
odiar otros.
Esta
ONG argentina nació en 2009 y se
presentó al mundo con un desembarco de amistad en las Islas Malvinas –que ya
han repetido-, para jugar a rugby con esos irreductibles británicos que viven
por aquellos peñones perdidos, luego ha llevado su mensaje a Palestina e Israel,
como ha sido difundido por los medios. Ahora pretende que los valores del rugby
trasciendan realmente a la sociedad
argentina, convulsa y confusa como la nuestra, en vez de que la pérdida de
valores sociales se imponga en el rugby.
Aquí y
ahora, sin ser utopistas, es bueno que todos sigamos manteniendo un rugby sin gambocinos contra oñacinos u otros
banderizos, como legado para nuestros sucesores.
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