viernes, 11 de octubre de 2013

NO HABLEMOS DE FÚTBOL

Jean-Anthelme Brillat de Savarin (1755-1826)
Jean-Anthelme Brillat de Savarin (1755-1826) (Photo credit: Wikipedia)

-Cuando a un jugador de rugby le arrancan una oreja, aparecen los masajistas, se la pegan con cola instantánea y sigue jugando inmediatamente, eso jamás pasará en el fútbol –comentaba con cierta ironía Brillat-Savarin a la salida de una feria gastronómica ayer a la noche-.
- Eso pasa en el rugby profesional que se están ablandando, entre los aficionados si a uno de arrancan la oreja se la guarda en la boca hasta que se acabe el tiempo de juego para grapársela –le contestó Hiruntchinberry que había degustado también todos los muestrarios expuestos en el Kursaal-, pero no hablemos de fútbol, eso es otra cosa, quizá una droga, mientras que el rugby es una concepción del mundo y de la vida y…
- Un negocio, ahora es un negocio, negocio del deporte y del espectáculo que vende unos valores que a nivel profesional siguen estando en la cancha estrictamente y en unos seguidores que aún os los creéis pero que quienes manejan los hilos del profesionalismo hace tiempo que seguro que los han borrado de sus cabezas ¿Crees que en el fútbol no hubo valores en su tiempo?
- No hablemos de fútbol. Dinero, drogas, sexo y “rock and roll” van juntos a nivel profesional en todos los deportes pero quien ha mamado el compromiso, el respeto, la amistad, la motivación, la humildad, la solidaridad… está mejor preparado para mantenerse a flote en ese mundo, por eso los jugadores de rugby profesionales tienen comportamientos incomprensibles para quienes seguís ese otro deporte que no quiero nombrar.
- No entiendes, te quiero decir que los valores se empiezan a perder por los dirigentes –y ambos se perdieron en la noche, mientras yo esperaba un taxi-.
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