English: Aviron Bayonnais rugby union team in 1914. (Photo credit: Wikipedia) |
En Baiona llueve, claro que llueve, más o menos como aquí y
sus ríos también se salen y visitan las tabernas de sus riberas de vez en
cuando. Ahora Adour y Nive bajan soberbios por la nieve fundida de los Pirineos
que les hace nacer a ambos. Esta ciudad lapurtarra, que vive entre sus dos ríos
origen de su existencia, tiene su alma rugbística un tanto encogida con el
temor fundado de que el Aviron Bayonnais –un club de remo al fin y al cabo-, se
precipite aguas abajo hacia la división inferior junto al fraterno rival
biarrota.
El rugby, todo el rugby vasco, nos llegó en 1897 por Baiona
por su Liceo de Marracq, de donde se extendió al resto, incluso a este lado de
la muga a comienzos del siglo XX, cuando los “malos” hijos de “buenas” familias
donostiarras iban a estudiar internos en sus centros escolares pero el balón
oval tardaría en cuajar en Gipuzkoa, como es bien conocido.
Y este sábado, una vez más, nos visita el Aviron Bayonnais con
sus fieles seguidores, su Pottoka, sus colores albicelestes y su lema en gascón
–lengua perdida en Donostia en la noche de los tiempos-, para este encuentro, en
un intento de enderezar su rumbo en espera de que Oyonnax o quizá Perpignan
fallen y poder salvarse una temporada más –la temporada en que Mr. Tchin-Tchin
le dijo adios-.
En Baiona este sábado estará nublado según el pronóstico,
más o menos como en Donostia. Este sábado los rugbiers guipuzcoanos tenemos que
sumarnos más que nunca con los lapurtarras en Anoeta para, entre todos, empujar
ese equipo aguas arriba.
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