The El Corte Inglés building in Lisbon, Portugal (Photo credit: Wikipedia) |
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Aspaldiko! ¡Dichosos los ojos, Txato! –exclamó el
Marqués de Altamira al tropezarse con el Txato del Bidasoa mientras paseaba por
Hondarribi un día carnavalero de éstos-, ¿Qué es de tu vida?
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Bien, bien –dijo el de la prominente nariz,
mirando al suelo-, ¿Y vosotros? Estareis jodidos ¿No?
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Hombre, el Ampo está en una fase de adolescencia
que digo yo… pero más vale seguir con los pies en la cancha que meterse en
especulaciones financieras…
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¡No, hombre! –le cortó el de la frontera-. Me
refiero a lo de Galtzagorri ¿Cómo lleva lo suyo? Ahora eso tiene cura, muchas
veces la gente lo supera y además Jon siempre ha sido un tío muy fuerte y con
dos…
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¿Estás tonto? ¿Qué dices? –Saltó el de Altamira
mosqueado-, Que yo sepa y tenemos cena esta noche en la sociedad, como todas
las semanas, salvo que la pastilla azul también produzca cáncer de huevos,
Galtzagorri está hecho un pimpollo.
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Pues me habían dicho que cerraba la tienda
porque ya no podía atenderla y que, como no tiene hijos que la quieran, estaba
buscando un sucesor porque le quedan cuatro días…
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¡Tonto, tonto, tonto! ¡Esas noticias de 4ª
derivada guipuzcoana! Nuestro “belarrimotza” se acaba de casar con una pajarita
20 años más joven que él, vive como el maharajá de Kapurtala quisiera vivir, la
tienda no es El Corte Inglés pero ahora exporta a Francia, Alemania y Portugal
y se la llevan dos fieras del márketing ¡Ya le gustaría a la competencia
enterrarle!
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Pues a mí me habían dicho…
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¡Tonto, chaval, tonto!
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