- “Hacer bien lo fácil” es una de las
obligaciones de todos y cada uno de los miembros de un equipo –dice el Marqués
de Altamira lavando las hojas de las diferentes lechugas- . En el rugby “lo
fácil” equivale a los fundamentales del deporte: el pase, el manejo del balón, el
placaje, el apoyo al otro, empujar, esquivar, recoger el balón, quitarlo al
otro…
- En una empresa es atender al cliente cuando se
dirige a la empresa, adelantarse a sus
necesidades y facturarle inmediatamente
de acabado el servicio o la entrega del producto –dice Jon Galtzagorri,
alineando las piezas de carne de buey-.
- Fíjate lo fácil que es el pase más elemental
entre dos delanteros y las veces que hay que entrenarlo, reentrenarlo e
insistir en repetirlo con los jóvenes –sigue el Barón de La Florida que está
batiendo incansable en una taza sal, pimienta, un poco de vinagre y el aceite-,
porque se aburren y luego en los partidos se notan sus ausencias mentales.
- Horas, hay que darle muchas horas a lo fácil,
no solo es querer, el amor hay que trabajarlo –Hiruntchiverry está colocando primorosamente
la vajilla en la mesa-, si cada uno no hace bien lo fácil, lo que le deviene
fácil a base de prepararlo, luego es imposible que pueda fijar y pasar.
- Porque el balón tiene que estar vivo, en juego,
en el rugby como en la vida –Aristide Labarthe ha traído unas barras de pan
recién horneadas y dos “gâteaux basques” que está presentando-, y si no tenemos
el balón hay que recuperarlo y para ello hay que placar, lo que también
requiere horas de trabajo, de repeticiones, de entrenamiento…
- Hacer bien lo fácil es lo mínimo que nos
tenemos que exigir ¿No? –los aromas de la comida inundan las pituitarias del
Marqués que oficia con soltura los últimos preparativos-. Si no ponemos los
cimientos es imposible construir encima.
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