En la sociedad gastronómica, bajando las escaleras está la cocina donde Jon Galtzagorri acuna suavemente una "cashuela" con bacalao, la mesa más cercana está ocupada por fotocopias de planos, boletines oficiales, recortes de prensa, fotografías… que los futuros comensales mueven como fichas de un extraño juego de mesa.
- Tú dirás lo que quieras sobre Wembley pero a mi me parece que en Anoeta van a dejar un “campico” en el que quizá se pueda jugar a fútbol pero no se puede jugar a rugby de ninguna manera – Comenta el Barón de la Florida con cierto tono dolido-. La zona de ensayo es muy pequeña.
- Las reglas de rugby son más flexibles, si en el viejo Atocha se jugaron partidos de rugby ¿Cómo no se van a jugar en un estadio del siglo XXI, siglo en el que el rugby se convertirá en el deporte de referencia? – Dice Aristide Labarthe que es el único que permanece correctamente sentado-. Donostia quiere tener partidos de rugby internacionales y estoy seguro que se ha contado con la opinión de los organismos del rugby profesional para el proyecto.

- De todas maneras, porque en Bilbao hayan hecho un agujero a las arcas públicas con su estadio, que nosotros tengamos que hacer otro ¡No tiene nombre! –El Marqués de Altamira se pone a recoger papeles y a extender platos y cubiertos-. No se harían los mismos gastos con su dinero personal y en su casa o en su empresa.
- Yo creo que ni para "futbito" servirá este terreno -El Barón sentándose-.
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