Olentzero, Basque Christmas character, Hendaia, Labourd (Photo credit: Wikipedia) |
El edificio de
estilo neo-vasco puede parecer uno de esos caseríos que aparecen en
las típicas pinturas que se venden como souvenir para turistas en la
Côte Basque. Se encuentra situado en uno de esos bonitos pueblos,
también de cuadro, en que se canta en euskera pero se habla en
francés y en él no se secan jamones de Bayona ni bacalaos sino
personas. Hiruntchiverry me había dicho que íbamos a ir a visitar
por Navidades al Jóker que estaba en el “secadero” y, aunque no
me apetecía nada, allí estábamos con él, con su nariz rota, con
sus cejas de eterno sorprendido y su barba de chivo que en conjunto
le habían dado el apodo en tiempos pasados, cuando era un flanker
jabato, otro de sus motes, sobre las canchas de rugby. Ahora encendía
un pitillo con unas manos temblorosas, un brazo en cabestrillo,
sentado en una silla en aquel jardín soleado.
- Me rompí el codo
la última vez que bebí. Cada vez que me caigo me rompo un hueso y
me he caído demasiadas veces. Así que decidí regalarme una
estancia aquí para dejarlo -le queda apenas un chorrete de voz al
mejor jugador del tercer tiempo que he conocido-, creo que es lo que
mejor que puedo hacer con mi dinero.
- ¿Te trajo
Josephine? -Pregunto yo y algo se rompe en su mirada-.
- Josephine hace
tiempo que se fue de casa, tres o cuatro años, ni siquiera se llevó
sus cosas, allí quedaron sus libros y discos. La última vez que
hablamos me confirmó los rumores de que se había casado con otro
-la voz es monótona, las caladas hacen de comas y puntos-. No me
extraña, me levantaba insoportable cada mañana, bebía y estaba de
buen humor unos momentos, luego bebía más y ya no controlaba el
demonio interior… y allí estaba ella, cada vez más joven y guapa,
yo cada vez más viejo y feo.
- Alcohólico,
trastornado mental y alcohólico -prosigue, después de un silencio
en el que nos han llegado los sones de los cánticos de Olentzero
desde la plaza del pueblo-, me ha costado aceptarlo ¿Quién nos lo
iba a decir cuando bebíamos cerveza ya en el vestuario después del
partido? ¿Cuando nadábamos pruebas de fondo en piscinas de gin
tónic? Beber no es compatible con el rugby, no lo es, pero lo he
comprendido demasiado tarde.
No hablamos mucho a
la vuelta. Hiruntchiverry conducía y la noche de diciembre ocultaba
un bello paisaje vasco. Más tarde, paramos para ver a los jóvenes
que se entrenaban con entusiasmo.
Post scriptum:
Sobre el mismo tema: MÉDOC SUR ORDONNANCE. Un secadero similar pero en La Gironde.
http://www.france3.fr/emissions/le-sang-de-la-vigne/diffusions/09-01-2016_448570
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