Bayonne, France; view on Petit-Bayonne at the confluence of the river Nive and the river Adour (Photo credit: Wikipedia) |
El Adour recibe al
Nive y se fusionan en un solo río, más grande y navegable, hacia el
mar. En Bayona hablar de fusión de los clubes de rugby vascos de
mayor nivel sigue siendo un tema que se evita hasta que alguien, al
calor de una ronda final de armañac tras una comida de convivencia
transfronteriza, indirectamente lo menciona.
- Ingresos menos
gastos es igual a resultados, tanto en la cancha como fuera de ella.
Es una lección de economía elemental, si quieres ganar tienes que
tener más ingresos que gastos, más tanteador a favor que en contra,
los tristes empates acaban convirtiéndose en derrotas, en concursos
de acreedores… los grandes clubes son grandes de verdad cuando
quienes los gestionan consiguen que los buenos resultados en la
competición no sean a costa de depender de las ayudas económicas de
última hora que las instituciones públicas les inyecten para
equilibrar una vez más sus cuentas...
La que así dice
debe ser concejal de algún municipio no muy lejano de la mesa
alargada en la que nos sentamos los comensales. Tiene una autoridad
natural, rodeada de los antiguos primeras líneas que la escuchan a
pesar del ambiente de restaurante y frontón, ciertamente ruidoso
para ser francés, que hay a estas horas.
- O sea que los que
están trabajando para que el rugby profesional vasco pueda competir
en el mercado del deporte profesional deben esforzarse en ponerle
unos sólidos fundamentos objetivos, que la vida del proyecto no
dependa del encanto de unos dirigentes que arrancan compromisos
financieros a amigos millonarios o políticos, que tampoco dependa de
mecenas veletas que vienen y van siempre insatisfechos con su último
juguete. Para eso hay que renunciar a prejuicios ancestrales y hacer
un gran esfuerzo común que pueda convencer a quienes tienen la
última palabra…
El biarrota
Hiruntchiverry mecía su copa en la mano y degustaba el aroma que se
desprendía de las palabras de su compañera de mesa. Enfrente el
bayonatarra Labarthe parecía no escuchar ensimismado en sus
pensamientos.
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