English: View of Tabakalera building in San Sebastian (Photo credit: Wikipedia) |
Con diez derrotas,
con once derrotas, después de quince partidos jugados, nuestros dos
representantes en la máxima categoría del rugby español ocupan
lógicamente puestos en la clasificación que encogen el estómago de
sus soportadores. Esquivando todas las inmundicias humanas que el mar
nos ha devuelto a los paseos estos días pasados en uno de sus
merecidos arrebatos de furia ante el trato que recibe de la especie a
la que pertenecemos, hay un grupo corriendo, más o menos, para
mantener la forma.
- Quizá los
jugadores sean los únicos que no creen en sus capacidades -El
Marqués de Altamira no oculta sus frustraciones-, al parecer se
impone un trabajo sicológico con el grupo.
- El realismo obliga
a aceptar los resultados cuando se ha puesto actitud hasta el límite
-Reflexiona el Barón de la Florida en voz alta-, y no me parece que
ni en Ordizia ni en Hernani los jugadores se pongan límites antes
del partido, los límites aparecen cuando se ha acabado. No me acabo
de creer lo de la sicología en momentos de zozobra.
- Ni sicología ni
farmacología, nada de nada -Galtzagorri con su trotecillo cochinero
apenas alcanza a mantenerse el último del cuarteto-, lo que hay
dentro de los dos equipos es suficiente para darle la vuelta a la
situación, para cerrar las brechas técnicas en la defensa o para
aprovechar con fundamento los balones en la otra mitad del campo.
Cuando hay problemas, las soluciones requieren su tiempo, su
perspectiva, y su paciencia. No se puede gobernar a golpe del dictado
de los titulares de la prensa.
- ¿Dónde has visto
tú titulares sobre la situación del Ampo o del Hernani? -Murray
interviene-. En todo caso, en los corrillos de Internet y entre
cuatro fanáticos que siempre son los mismos. Me gusta la idea del
trabajo sicológico pero esto también requiere su tiempo y el tiempo
se nos pasa ¡Cuidado con esa ola!
Un poco más mojados
que antes, el cuarteto se aleja de la primera línea de costa y se
dirige, siguiendo a la multitud sedienta de cultura, hacia el
funcional edificio de la Tabakalera para cobijarse de las
inclemencias del tiempo.
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