Llegó con puntualidad alemana, cinco minutos tarde, y le
tendió un sobre a Murray.
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Quería darte por lo menos 1.500€ a cuenta.
Murray se lo guardó en el bolsillo interior de la chaqueta
sin gesto alguno. Galtzagorri se alejó y se sentó un poco más lejos, en otra
mesa de la terraza de la cafetería, hasta que Murray se volvió a quedar solo,
media hora más tarde.
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¿No lo has contado?
-
¿Para qué? No habrá ni 1.000€ -Murray se
equivocaba, había 1.350€, como pudo comprobar al hacer el ingreso en el banco-,
y me debe tanto, que lo que me traiga bienvenido sea. Así es la vida.
-
¿A qué se dedica? –Galtzagorri volvió a
preguntar-.
-
A sus pufos, o sea a los negocios, lo conocí
hace tiempo promoviendo máquinas para hacer zumos de naranja, luego anduvo con
los teléfonos, al principio de los móviles, también ha estado en el sector
inmobiliario y ahora anda exportando alimentos deshidratados o algo así para
los chinos de África, creo. Un superviviente, es lo que es.
-
Lo que el Barón de la Florida llama un “trader”
de los c…
-
Y mi amá tratante de ganados y, sobre todo, de
perdidos.
El Marqués de Altamira apareció sonriente con las dos bolsas
de materias primas para la cena semanal.
-
Me acabó de cruzar con tu “cliente” pero él iba
tan ocupado, hablando en inglés con su móvil, que no me ha saludado ¿Habías
quedado con él? ¿No?
-
Si, ya hemos estado en confesión una vez más.
Ahora, hará lo que le dé la gana con mis consejos, como siempre.
-
Hace poco me lo encontré hablando con un
industrial armero guipuzcoano muy conocido en esta misma cafetería –completa la
información el Marqués-, y me dije ¿Qué pufo de tráfico de armas estarán
montando estas dos figuras? Y puse el oído con disimulo.
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¿Y?
-
Estaban celebrando la toma de posesión del
naranjito Trump.
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