- Los jueces cocinaron el golpe de estado contra el gobierno del pueblo, Pinochet solo lo sacó del horno
No es la primera vez que la madre de Galtzagorri dice esto o algo parecido, hoy se lo dice a su hijo después de apagar el televisor en su cuarto de la residencia. Además de leer el periódico todos los días en papel y oír la radio – una en la que no hable uno de esos «terroristas» de la “camada azul”-, la dama donostiarra ve el “parte de la nacional” hasta el deporte o el tiempo.
- El golpe de estado que se está dando por los jueces en España hoy me recuerda al de Chile de hace 50 años y no lo puedo remediar – se enciende un pitillo de tabaco negro y echa el humo hacia la ventana cerrada, lo más lejos posible de su hijo, que no fuma -, y eso que el guaperas de Sánchez no tiene nada de Allende precisamente.
El abuelo Pitágoras se exilió en el 36 con la familia, cuando los “carlistas terroristas” llegaban a Gros y la madre de Galtzagorri tuvo una infancia sudamericana de la que no ha contado mucho pero Jon Galtzagorri ha deducido por distintos indicios que fueron acogidos un tiempo en Santiago gracias a alguna logia con la que el abuelo Pitágoras tenía relación – tener un abuelo demócrata y masón que además se llamaba Pitágoras por el linaje materno siempre ha enorgullecido a Galtzagorri -. Tanto la madre como su hermana difunta, la tía Felicia, echaban mano frecuentemente de ejemplos chilenos o venezolanos en las discusiones de sobremesa con ocasión de alguna comida familiar y las frases, más o menos ciertas, del padre de ambas eran pronunciadas con devoción.
- Como decía tu abuelo, la nobleza hispana siempre está dispuesta a realizar un democidio con la mínima excusa – no pudiéndose levantar de la silla de ruedas, la imitación filial del abuelo Pitágoras le ha quedado regular a la señora de Galtzagorri -.
- Me voy, que he quedado con los amigos a ver el partido de fútbol del mundial en una sociedad – dice Galtzagorri para justificar su despedida cuando aun no son las 4 de la tarde-, que algunos han comido allí y voy a tomar el café con ellos, aunque el fútbol es muy aburrido, cada vez más.
- Yo solo sufro los partidos de la Real a pesar de que no tienen un delantero centro vasco, pero los de esta selección no los veo, no conozco a ninguno de los que están, solo al entrenador y como Chile ni está ni se le espera – la madre apaga la colilla aplastándola en un platillo -, pues aprovecho para leer y... ¡A ver si estoy viva para el mundial de chicas!
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