En la economía no hay sorpresas nunca sin excepciones. Y quienes compiten en G 8 ganan siempre a los que apenas llegan a jugar en G 20 o siquiera. Pero lo curioso es que en el espacio económico europeo, allá donde se entrecruzan UE y Eurozona, quienes compiten entre sí están haciendo una adaptación de su juego económico para que ganen los de siempre y pierdan los pardillos de costumbre. Esto es, por ejemplo España que es una economía de las divisiones inferiores con un juego mediocre y basado en maduros jugadores de política económica con poco que ofrecer y sin mucha ilusión ni porvenir y cuyo único objetivo plausible es recuperar el empleo está haciendo el juego alemán y castra sus posibilidades de recuperación con medidas contra el déficit que van a llevar a la economía española a un paro en el que dentro de unos años, con tal de comer, los españoles aceptarán salarios chinos pagados en euros.
Me parece que al final la economía se convertirá como el fútbol “en un deporte aburrido en el que al final siempre gana Alemania” pero con la diferencia de que en el fútbol cabe la sorpresa y puede que Alemania pierda por el camino pero en la UE y en la Eurozona no.
Me fío más de la cabeza de Puyol para resolver nuestro porvenir que pasa por medidas incrementadoras del déficit con inversión pública, bajada de la imposición y apoyo fiscal al riesgo empresarial que de la cabeza de Rajoy o de quien sea que vaya a sucederle a la zapatera prodigiosa.
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