Francia e Irlanda empataron a 17 en el partido de rugby aplazado del Torneo de las VI Naciones y ambas perdieron. Francia puso de relieve sus carencias: de delantera en la que la experiencia no consigue compensar el cansancio acumulado en tatas refriegas, una bisagra a la que le tiemblan las piernas demasiadas veces y unos atacantes que si recibieran los balones en condiciones podrían hacer mucho más de lo que ya hacen en las actuales circunstancias pero que también tuvieron sus ausencias. Irlanda dejó escapar su mejor oportunidad en años con una delantera que sufrió demasiado y que necesita más ideas y disciplina, la bisagra estuvo a su nivel habitual cuando hubiera necesitado un mayor nivel y en la tres cuartos se pecó de nervios ante la lógica reacción gala. La búsqueda del drop por ambos equipos en los últimos minutos con la presencia de especialistas fuera de su sitio habitual ya fue una confirmación de la lógica de unas mismas tácticas repetitivas en el rugby profesional que rozan la pesadilla.
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