En el Midi Olympique del pasado lunes se ha personalizado en
ambos presidentes el derby con un comparativo.
Ambos tienen en común el éxito empresarial logrado desde un
modesto origen. Serge Blanco (Foto a la derecha) de migrantes hispano venezolanos y Alain Afflelou (A la izquierda) de repatriados
de Argelia.
Les separa el que Blanco es de la familia, uno de los
nuestros, todo se lo debe al rugby y supo aprovechar la oportunidad que el
rugby le dio. Afflelou creó las ópticas a precios populares en franquicia y,
rompiendo su carácter taciturno, fue el primer empresario francés en
protagonizar sus propios anuncios.
Blanco es un tipo afable con voluntad de hierro que sortea
los obstáculos con diplomacia mientras que Afflelou se ha pegado contra paredes
más duras que su cabeza y ha acabado en el rugby después de haberse quemado en
varios equipos de fútbol.
Esta temporada Blanco personalmente ha dirigido la
adecuación de los efectivos del Club a la situación adversa que por un lado la
economía y por otro la presencia de sus estrellas en la Copa del Mundo ha hecho a
atravesar al equipo de toda su vida.
Afflelou acudió a Bayona por influencia política de un
alcalde metomentodo y se metió en un deporte del que no conocía los bastidores,
delegando todas las funciones y aprendiendo a tortas, después de despedir a sus
subordinados, que invertir en un equipo de rugby no es quemar euros sobrantes.
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