sábado, 24 de enero de 2015

BOYHOOD

English: The Rugby Football Union Headquarters
English: The Rugby Football Union Headquarters (Photo credit: Wikipedia)

-          Prácticamente hay 50 jugadores seleccionables y muchos ya seleccionados con la selección española que juegan en equipos franceses –comenta Galtzagorri con la revista Veintidos, mensual de rugby, en la mano-, creo que cada vez son más los jugadores de calidad en el otro lado que deberían competir en este lado.
-          Siendo joven y jugando al rugby es lógico irse o quedarse donde hay posibilidades de ganar algo de salario y de tener un poco más, muy poco más, de posibilidades de futuro en este deporte y después –le replica el Marqués de Altamira-, ya que todos sabemos que es más fácil terminar de” juguete roto” en este lado, cuando la competición te deja tirado, que en el otro, donde hay un sindicato de jugadores y alguna fundación que intentan paliar la situación.
-          Pero el rugby profesional cada vez impide más que el jugador pueda compatibilizar una dedicación exigente al deporte con la previsión de futuro y de jóvenes –añade el Barón de La Florida-, todos hemos ignorado en buena medida lo de planear las siguientes etapas de la vida.
-          Además el profesionalismo está distorsionando la esencia de este juego para mí –vuelve a intervenir Galtzagorri-, que es aquello de que “en el rugby hay un puesto para todos”. Ahora solo hay puestos para jugadores bisontes que se musculan hasta el cerebro y que han convertido un juego de combate y esquive en una pista de autos de choque con mando a distancia de un entrenador que se preocupa más de que no le despidan que de que los jugadores sean personas ante todo.
-          Eso puede sonar a rabieta de viejo, de viejo talonador, querido cascarrabias con cortacircuitos cerebrales pero yo también lo suscribo –afirma el de Altamira-.

-          Y yo, y yo, y yo… -se oye un coro de voces en el entorno-.

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