El tonto del pueblo vestido de Rigoletto gritaba llorando “Verdi
e’morto” al principio de la monumental película “Novecento”. Murray y familia han preparado un
grupo carnavalesco vagamente inspirado de los personajes de la ópera del autor
referente del “risorgimento” nacionalista que unificó Italia, así que, con su
mejor voz de barítono, le dice al Marqués de Altamira, que, por su parte, ha
traído la bolsa con las pelucas de lord que ha comprado en el “chino” de la
esquina para completar el atuendo de su familia en los próximos “iñauteriak”:
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Verdi e’
morto, azzurri sono morti, domenica macellazione! –Esto es, que el domingo los
italianos van a ser masacrados en Londres, en versión macarrónica de Murray-.
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Pero ya les gustaría a los leones saltar a
Twickenham el domingo, aunque fueran a
ser devorados por los cristianos, en lugar de los italianos –el Marqués le contesta,
con su voz profunda de bajo, en un recitativo-.
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En España no ha habido patrocinadores del rugby
hasta ahora, como han tenido en Italia –Galtzagorri constata, la nariz de clown
apenas le tapa la punta de nariz-, nuestras empresas multinacionales se dejan
llevar por la corriente del Ebro en materia de responsabilidad social y piensan
como anunciantes en vez de como empresarios.
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¡Si solo fuera en el deporte! Es lo que hay ¡Para
sentirse orgullosos!
El Barón de la Florida es quien dice esto último; acaba de
llegar acompañado de un nuevo comensal, un tipo colorado, no muy alto, de ojos
saltones que saluda, con acento británico a cada uno, presentándose.
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Cromwell, Oliver Cromwell, profesor de inglés.
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I puritani! –exclama Murray- ¡Con Bellini ya
estamos todos!
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Pero el domingo los leones ingleses –dice el recién llegado-, se van a comer a los
italianos como un tournedó a la Rossini.