jueves, 7 de marzo de 2019

VIDRIOS ROTOS


- Tienes pies en las manos -dice el Marqués de Altamira, barriendo los restos de un par de copas, a Galtzagorri que acerca el recogedor -, no sé cómo haces para sobrevivir en tu casa.
- Barriendo yo el primero y corriendo a comprar repuestos antes de que nadie se dé cuenta – Galtzagorri se ríe francamente y, al pretender meter lo recogido en el cubo del vidrio, esparce restos de vaso por el suelo de nuevo -. Es que con las prisas para coger luego el tren no he visto la columna ni ella a mi.
- O sea que vais a Madrid a ver a los Leones empacharse de chocolate belga este domingo – dice Hiruntchiverry, proveyendo de vino alsaciano las copas repuestas - , no es mal plan, una vuelta por el Madrid del rugby siempre me rejuvenece, además el terreno del Central, por lo que se ve, no ha mejorado mucho.
- Está incomparablemente mejor que hace unos años – Galtzagorri responde, acercando con cuidado platos de embutidos a la mesa -, pero no es el estadio que ya requiere el nivel del rugby español si se quiere seguir jugando partidos internacionales en Madrid casi siempre.
- A mí me parece que con los agujeros económicos que tenía la Federación, la economía de subsistencia actual con gastos apenas cubiertos por los ingresos que son los que son y que el futuro que se promete nunca llega – el Marqués de Altamira posa con mimo una cazuela de merluza con almejas y kokotxas y se sienta -, el campo está muy bien pero estos partidos deberían jugarse también fuera de Madrid y en estadios de fútbol que es lo que más abunda por el país, que suelen estar muy bien cuidados y vacíos demasiadas veces.
- Tú da ideas – corta el Barón de la Florida, sirviéndose de nuevo una ración generosa de la cazuela -, y acabaremos de nuevo en San Mamés, quizá por aquello de los “leones”.


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