Este folletín por entregas irregulares comienza en
La sala de
videoconferencias de la Comandancia no es una sala, es como mucho una
dependencia pequeña y oscura, apropiada para discretos
interrogatorios por su aislamiento, pero, provista de una cámara, de
un ordenador de saldo con una pantalla amortizada hace tiempo y de
una mesa para pequeñas reuniones con tres sillas, es lo que hay y
alguien ordenó poner un rótulo con la denominación “sala de
videoconferencias”.
Ustarroz ha ido
enviando los archivos elaborados sobre la investigación de la muerte
de Arriluze a la Uco y de la Uco le han fijado una entrevista por
videoconferencia, estas reuniones en que las dos partes tienen los
mismos datos y pueden intercambiar ideas pueden ser de ayuda en la
resolución de un asunto complicado pero el teniente en sus mensajes
ha insistido en sus mensajes previos en la necesidad de investigar en
Bilbao, en el entorno de la víctima, a veces dejando traslucir su
deseo de llevar él mismo la investigación y de saltarse la
colaboración con la Ertzaintza, así que la conexión audiovisual se
teme, hay anunciada la presencia de un capitán, que va a ser para
que explique todo lo que no se puede hacer constar por escrito y para
que alguien pueda continuar la investigación aprovechando el trabajo
realizado en Mallorca.
El sargento García,
mal afeitado como de costumbre, sudando y con el bigote negro y
espeso obstruyendo su boca, a su orden, procede a hacer un resumen de
la situación que el capitán César Rondón y el teniente Luis
Arévalo siguen con asentimientos breves desde Madrid.
- La pareja de
ejecutores llegó a Mallorca en ferry y con un vehículo, estuvo
vigilando a Arriluze 4 días, procedió a su muerte mediante un
atropello violento, abandonó el vehículo utilizado cerca del
aeropuerto y los dos miembros del equipo salieron de la isla en un
barco privado posiblemente quizá también juntos aún, las huellas y
restos no corresponden a nadie fichado en los archivos de
antecedentes. Sospechamos, el teniente sospecha, que al menos uno de
ellos es de Bilbao. En Alemania no han encontrado por ahora
explicación a la utilización de documentación alemana para el
alquiler del coche, para la compra de los billetes del ferry y para
el alquiler del alojamiento, tampoco han localizado si los asesinos
pudieron pasar por alguna ciudad alemana al venir o en su
evaporación.
- La Unidad de
Valencia está haciendo averiguaciones con las imágenes extraídas
de las cámaras del puerto de Palma y el dibujo robot que nos habéis
enviado que, por cierto, es una
mierda, en los circuitos portuarios del tráfico de drogas –
corta Arévalo desde Madrid -, por si alguien nos quiere decir si han
desembarcado por allí, que no me extrañaría nada. Rondón y yo si
nos tuviéramos que cargar a alguien que está solo y se baña solo
en el mar al amanecer, lo hubiéramos ahogado empleando una
planeadora, se le ponen unos pesos al cadáver y se sale de Mallorca
como por un puente y tan tranquilos.
- Lo de que no
aparezcan como fichados entre “los malos”, no quiere decir que no
estén fichados entre “los buenos” – dice Ustarroz recordando
viejos tiempos vascos y haciendo las comillas con los dedos -, a lo
mejor hay que mirar en otras bases de datos con esas huellas...
- ¿Quieres venir tú
a hacerlo? Si yo lo hago, me destinan a Cabrera... contigo – dice
Rondón que lleva todos los años necesarios en el cuerpo -, no me
parece mala idea pero necesitamos algo más para justificar entrar en
ese campo minado.
La reunión se
prolonga más de una hora, en que intercambian opiniones y
especulaciones pero en concreto quedan en pasar desde Madrid copia
del expediente en su estado a la División de Investigación Criminal
de la Policía Vasca, que el Sargento García pase a rastrillo los
puertos de la Isla para encontrar la embarcación de la huida o para
descartar definitivamente esta idea y, esto es importante para
Ustarroz, proponer que cuanto antes el teniente Ustarroz se desplace
a Bilbao para cooperar con la Ertzaintza en la investigación.
García sale para la
costa sur de Mallorca inmediatamente, quiere empezar por el puerto de
la Colonia de Sant Jordi, lleva copia de las imágenes y del dibujo,
las dos figuras dibujadas se le parecen, sin bigote, rubios o
castaños claros, pero grandes y fuertes, uno más gordo, el de los
“mojojones”.
El teniente se
sienta delante de la información elaborada en un diagrama que ha
construido con la información recopilada, primero lo hizo en el
ordenador con el programa informático de análisis de inteligencia
criminal pero hace unos días fue poniendo fichas y flechas en el
corcho, la tarea de montar el típico sistema de matrices y diagramas
le ayuda a deducir, aunque haya tantos huecos, como en éste, porque
en realidad solo el centro con la víctima y los dos retratos robots
es algo coherente, hacia arriba y derecha hay interrogantes alemanas
y hacia arriba e izquierda solo está la familia del difunto y muchas
más interrogantes vascas ¿Qué puente une este crimen en Mallorca
con la villa de Bilbao?
- Hay dos abogados
de Bilbao que quieren verle – le anuncian por el teléfono interior
-.
Manu Majors y Jon
Galtzagorri tardan muy poco en estar en una de las salas de
interrogatorio, la más grande que se utiliza para recibir visitas.
Antes de salir a verlos, Ustarroz pregunta a Google de nuevo por sus visitas - la teniente Camacho lo había hecho la víspera y había pedido informes a Vizcaya, cuando un vendedor de pareos dio el soplo de que por la playa de Es Trenc había dos "Iñakis" paseando y del puesto de Campos les pasaron la matrícula del coche alquilado-, y
ordena que se les lleve un par de cafés mientras.
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