martes, 15 de junio de 2021

SER POSITIVO

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¿Cuál es el principal rasgo de tu carácter? - me preguntan, nada más sentarme, para una colaboración en un proyecto audiovisual, o sea un “casting” pero con pretensiones -.

No tengo que pensarlo mucho, además tampoco hay tiempo:

- Soy una persona positiva – lo digo y me parece oír a la candidata navarra a Miss España en el eco -, soy optimista, tengo más soluciones que problemas.

El entrevistador mira a mi través la pared de detrás, he dejado de existir para él, yo miro fijamente su pelo ensortijado en un color que empezando en negro en lo alto va blanqueándose hacia las patillas para pasar a un pelaje de dálmata en el bigote y la barba de chivo, sus ojos están ahí, enfrente de los míos, pero no están, quizá en su cabeza pasan imágenes del futuro film que está preparando sobre la guerra de Indochina y en esas imágenes yo paso de ser el valiente jesuita que ayuda al legionario herido a ser el cadáver sobre el que pasa el carro de combate Sherman  53 M4/M4A1 mientras desfila el genérico al comienzo del film.

- ¿Cuál es la cualidad que deseas en una mujer?

Ha vuelto del guion y, muy profesional, el entrevistador sigue con su trabajo. La segunda pregunta tampoco está mal, me gustaría pensarla y tardo una fracción de segundo en procesarla.

- Responde lo primero que te venga a la cabeza.

Voy a responder lo primero que se me pasa por la cabeza pero la alarma roja, la sirena de incendio, el giro-faro de los bomberos… saltan en la lengua, así que omito lo de las tetas grandes ¿Cómo un intelectual de izquierdas y feminista puede decir, ni en bromas, “eso”? Jamás. Todos mis reflejos de improvisador nato y formado con los mejores profesores de teatro del barrio de Egia me están fallando. El silencio dura un par de segundos más.

- La sensibilidad.

El entrevistador arquea las cejas, las cejas por cierto son rojo oscuro, muy oscuro, como esperando una explicación a la gilipollez que mi lengua ha soltado en la sala.

- Me gustan las mujeres sensibles pero no sensibleras – mi nivel de gilipolleces va en ascenso como en un discurso de Rosa Díez o así -, esto es, que no lloren por todo, sino que se den cuenta de la situación y busquen la solución conmigo, aunque la situación exija dar un par de hostias a alguien.

En realidad estoy pensando que mi novia tiene la sensibilidad a flor de piel y es capaz de soltarle un sopapo a cualquiera, incluso a mi, pero solo cuando me lo merezco, bueno, dejo esta divagación para otro día... ya que el tipo ha cogido ritmo y me suelta la tercera pregunta.

- ¿Cuál es la cualidad que deseas en un hombre?

- ¡Vete a tomar por c…!

Ya sé que no debía haberlo dicho, pero es lo que tiene la improvisación, que tienes que soltar lo que soltaría el personaje en que te has encarnado, y estoy seguro de que el misionero jesuita, protomártir, del film, hubiera soltado eso o algo peor, aunque quizá no le hubiera tirado el cenicero, pero no le di entre las cejas, solo le hice un corte poco profundo en el cuero cabelludo, en scalp, que escribió el médico forense.



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