LA FOTÓGRAFA

En el local social de la calle Intxaurrondo, Imanol y Margot Hiruntchiverry desembarcaron el otro día llevando un par de fiambreras grandes.

- Íbamos a venir en la moto, pero con esta lluvia y transportando el cassoulet hemos preferido coger el twingo de madame – el biarrota dijo, salpicando de agua el suelo del comedor hasta la cocina -, solo necesitaré una cazuela grande para dejarlo a temperatura.

- ¿Eso es bueno para el colesterol? - pregunta el Barón de la Florida que ha hecho una ensalada de cogollos y anchoas para introducción de la comida -.

- Buenísimo, lo deja a una buena altura – aclara Patricia Labarthe que está disfrutando con los cócteles de cava que ha preparado Aristide, su marido -, sólo lleva alubia blanca, cebolla, zanahorias, tomate, ajo… como base y otro tanto de costillas de cerdo, jamón, tocino, confites de pato y salchicha de Toulouse para adornar el guiso.

- Seguro que deja las arterias idealmente engrasadas – Lola, la marquesa de Altamira, diagnostica con la misma profesionalidad que en su consulta de Zumárraga -, me parece que dejaremos el coche aquí y nos volveremos en el cercanías a casa esta noche.

- ¿Qué tal te ha ido el rodaje en el Canal de Midi? - inquiere el Barón de la Florida al biarrota - ¿Esta vez hacías de psicópata caníbal o de cura estafador?

- No, un papel menos malo, de tío de la protagonista acusado de pederasta y sospechoso de los asesinatos – Imanol Hiruntchiverry revuelve lentamente el cassoulet para que el fuego atenuado caliente uniformemente el plato principal de la comida -, no os puedo contar más, que luego las pasan en ETB y no las veis porque sabéis quién cometió el crimen.

- Se hizo una amiga en el set, una fotógrafa y tenemos que hablar de lo que le ha pedido - interviene Margot Hiruntchiverry -, porque está preparando un trabajo y quiere venir a hacernos unas fotos a parejas de nuestra edad en ambientes vascos, es para un proyecto que va a presentar a un gran premio…

Mientras se ha acabado la ensalada e Imanol ha traído la cazuela humeante al centro de la mesa.

- ¿Llevará mucho tiempo? - Coro, la mujer de Jon Galtzagorri, tiene tendencia a tener una agenda repleta -, ¿Pagará algo o es por la cara?

- En principio, es gratis, si gana el premio nos pagarán unos derechos de imagen, habrá que firmar unos contratos – explica con conocimiento Imanol -, pero las fotos son desnudos.

- A pelo – subraya su mujer Margot -.

- ¿Quién va a pagar por ver mis michelines? - salta Jon Galtzagorri -, ¿Es un calendario de bomberos de ésos? ¿No será porno artístico para que depravados se casquen pajas viendo el culo de mi señora?

- !Calma, calma, ya me imaginaba que en esta cuadrilla iba a encontrar colaboración espontánea con toda vuestra sensibilidad para el arte contemporáneo!

Los últimos trozos de salchicha y de confit de canard ya están desapareciendo y el rioja alavés está ayudando abundantemente en la digestión, Imanol insiste en la propuesta de la reputada fotógrafa occitana.

- Además así podrás mostrar el tótem chippewa que te tatuaste en salva sea la parte durante aquel interminable tercer tiempo en Portsmouth – le dice el Barón de la Florida al Marqués de Altamira que lleva silencioso toda la comida -.

-  Supongo que no querrá tatuajes, a nuestra edad no hay tatuados normalmente – replica el de Ordizia con gravedad-.

- !Qué va! Ella misma tiene tatuada una rosa en una posadera y un conejito de Koons en el pubis, le gustan los tatuajes – Imanol aclara con tranquilidad -.

- ¿Y tú cómo lo sabes? ¿Se los has visto? - Coro salta con ironía en su tono -.

- Lo que pasa en los rodajes, se queda en los rodajes – dice Margot en un francés que todos entienden -.