martes, 19 de abril de 2022

EL ÚLTIMO MONÁRQUICO

- Pero ¿Conocéis a alguien monárquico? - Plantea el Barón de la Florida, llegando de bajada a Larraitz mientras se quita la pequeña mochila -. Yo no conozco a nadie ni aquí ni en España.

- Mi primo Jaime, como era el tío, es monárquico – suelta Manu Majors que se ha sentado en el borde de cofre del coche para quitarse las botas de montaña -, siempre que puede defiende la institución de la monarquía, tiene foto dedicada de los reyes encima del piano…

- Tu primo no cuenta, es inglés -espeta el Marqués de Altamira a su lado y realizando la misma operación de cambio de calzado -, y tiene más la cabeza en Londres que en Bilbao.

- Él no es inglés, su mujer es inglesa – corrige Majors haciendo estiramientos entre los coches -.

- Pero llamándose Bond, James Bond, es imposible que no sea monárquico – el Marques de Altamira se acaba su segunda botella de Insalus para recuperar lo que ha sudado en las cuestas del Txindoki -, siempre va a estar al servicio de su majestad.

- Para los ingleses “el rey reina pero no incordia”, aunque tampoco hay ingleses que de puertas para adentro sean monárquicos militantes, que yo conozca – Majors espera que los rezagados terminen de prepararse e ir a comer al merendero más cercano -, cara al extranjero suelen aparentarlo para diferenciarse, pero ten en cuenta que el pueblo inglés ya cortó la cabeza del rey oportunamente, antes que los franceses lo hicieran.

- Es que en España nunca ha triunfado una revolución – Galtzagorri acaba de recuperar el aliento, la excursión mañanera ha debido de producirle meteorismo en el aparato digestivo porque había soltado un par de salvas nada más llegar al aparcamiento -, en España la represión se ha impuesto siempre y los poderes fácticos, los amos del cotarro, han impuesto sus instituciones y la herencia del poder es una institución muy arraigada en esas familias.

- ¿Crees que los putos amos del país son monárquicos? - Insiste el Barón que ya encabeza el grupo que se dirige hacia la venta -.

- Claro que lo son, todos lo son – Galtzagorri vocea, el último de la fila, mientras se golpea con la mano en la tripa, como queriendo expulsar el resto de la tamborrada interior -. La familia real es una de las suyas, de los que tienen el país porque sí, porque es suyo. Lo he dicho mil veces, la corrupción para ellos no existe, cuando se apropian de los fondos públicos no roban, simplemente recuperan lo que es suyo, lo que vosotros los rojos socialistas les habéis, les habíais, quitado con los impuestos.

- También roban donde gobiernan sus lacayos  ¡No me jodas, “cuñao”! - El Marqués dice al llegar a la mesa reservada, esquivando uno de esos niños educados para correr incordiando por los restaurantes -.

- Es que los impuestos son para ellos siempre un atraco de bandoleros que roban a los ricos de familia bien y educados en colegio de pago para dárselo a los pobres de la escuela pública, que sus abuelos les otorgaron equivocadamente, y que se lo gastan en cualquier cosa que les venden los ricos de familia bien y educados en un máster de pago… - Galtzagorri aparta la botella de sidra que estaba en la mesa frente a su plato y sonríe a la muchacha que parece dispuesta a atenderles -. Zer errioxa daukazu, mesedez?



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