El pueblo del litoral catalán que los azares de la historia hicieron francés hace unos centenares de años acoge a los dos matrimonios de motoristas que llegan a última hora de la mañana sobre las grandes cilindradas que conducen las dos damas, mientras los dos caballeros van de paquete. Llegados al pie de la “pensió cama i esmorzar” que han reservado con anterioridad, las damas de la carretera requieren el monopolio individual de cada habitación, lo que obliga a ambos compañeros a improvisar un aperitivo en la primera terraza en que hay una mesa libre, ya que el otoño y el puente ha hecho salir a los ciudadanos de sus hogares hacia los centros turísticos.
- ¿Cómo era aquella canción de los Beatles «Eleanor Rigby? Aquella señora que quería ser el niño en el bautismo y el muerto en el funeral – dice Imanol Hiruntchiverry degustando un Banyuls Prestige Hors d’age en la terraza del pequeño bistró junto al mercado del pueblo catalán -, como decís los españoles, estos días me acuerdo mucho de esa canción.
- La novia en la boda, el niño en el bautizo, el muerto en el entierro… - corrige Jon Galtzagorri que se ha decidido por un Banyuls Premium tinto para el aperitivo -, el afán de protagonismo es enfermizo y propio de almas miserables, dadas al teatro y a la superactuación.
- ¿Te estás metiendo con nosotros los actores? - Hiruntchiverry se ha mosqueado y se levanta pero es solo para asustar a una gaviota que se ha posado sobre su moto, aparcada junto a la taberna -. El actor tiene un ego porque el ego es necesario para poder ponerlo en cada personaje, la actuación se construye sobre el ego…
- No confundamos el ego del actor con el afán de protagonismo del tipo que tiene “síndrome de presidente de comunidad de vecinos” – Galtzagorri mordisquea una especie de quiche de escalibada que no tiene un aire muy apetecible -, ése al que le nombran presidente de algo y quiere dejar huella para la posterioridad, como aquel tipo que era de la asociación de antiguos alumnos de tu colegio.
- No era mi colegio, pasé un curso por equivocación de niño y hace poco me propusieron que les hiciera el vídeo del centenario de su instalación en Biarritz – precisa Hiruntchiverry y escupe el hueso de una oliva aliñada contra otra gaviota -. No era mala persona, un poco bobo quizá, su afán de protagonismo compensaba su complejo de impostor, toda su carrera profesional la hizo en puestos que le venían grandes, no hizo nada útil para la sociedad que mereciera ser recordado y cuando los curas le hicieron presidente, pues como si le hubieran hecho mariscal general.
- Pero tuviste follón con el vídeo porque no le gustó que tú salieras más que él ¿No?
- Algo de eso hubo ¿Nos vamos a otra tasca? - Hiruntchiverry deja el importe justo de la factura que les han dejado -. Aparte del vino, que no lo pueden estropear, la pitanza es miserable ¿No? Y miserables por miserables, ya tenemos una cierta edad para soportarlos en bodas, bautizos, entierros, centenarios y demás.
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