viernes, 6 de enero de 2023

MEUILLEURS VOEUX


- ¿Había atasco en Biriatou para venir del norte? - pregunta Galtzagorri que lleva ya un rato sentado en la terraza de un bar en la Plaza del Campo de Atocha y está acabando su segundo café americano -.  Porque estaba pensando en irme que tengo la próstata cabreada con tanto líquido.


- No, no había – explica Aristide Labarthe sentándose y haciendo una seña hacia la puerta que da a la barra para que la camarera acuda -, te he estado llamando desde el coche para avisarte que llegaba tarde pero no has cogido.


- He dejado el teléfono en la mesilla, la próstata me debe estar afectando a las neuronas, cada día me dejo más cosas olvidadas – la camarera ha traído una botella fresca de vino blanco de Rueda y un par de vasos -, además como hoy no sé si es día hábil o inhábil a efectos procesales, he preferido cogerme una jornada de descanso laboral que ya no tengo edad para aguantar muchas navidades…


- Lo mío debe ser lo mismo porque hoy no me podía levantar de la cama con la resaca pero... no de las navidades sino del tradicional acto institucional de los mejores deseos para el año que empieza, que ya se ha abierto la temporada de discursos, lunchs y cócteles.


- ¡Cierto es! Que los franceses os pasáis el mes de enero de la Prefectura a la Alcaldía, de la Alcaldía al Palacio de Justicia, de la Justicia a la Academia de Ciencias, de las Ciencias a la de Letras y en todos los sitios un tipo serio con cara de hijo de Robespierre os suelta un aburrido programa de objetivos de la administración para el año y luego os sirven unos canapés fabricados por el mago Picard, acompañados de un crémant de oferta del Lidl de Hendaya…



- Y los hígados que han sobrevivido a las navidades, mueren por la patria antes del 31 de enero – Luego Labarthe cambia la voz y pone un tono solemne mientras alza la copa - Tous mes meilleurs vœux pour cette année, une année qui s'annonce déjà comme prometteuse...


- ¿Has traído el sobre para mi amigo el procurador? -  le interrumpe Galtzagorri que ve llegar a un individuo calvoso, con gafas que estuvieron de moda en los años 30, los brazos llenos de papeles que pueden salir volando en cualquier momento y arrastrando los pies como el presidente de la asociación de la 3ª edad del barrio -. Porque por ahí llega y se lo puedes dar en mano.


El procurador de los tribunales pasa de largo sin advertir los aspavientos de Galtzagorri que debe levantarse para detenerle por el brazo y hacer que se acerque a la mesa.






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