martes, 31 de enero de 2023

FINAL DEL PARTIDO

 - El partido acaba cuando el árbitro pita el final – dice Imanol Hiruntchiverry a su mujer que salta sobre el asiento, patalea el suelo y, a pesar de que ella ha agotado la petaca de aguardiente, tirita en las gradas del estadio Armandie de Agen-, es el árbitro el que manda.

En ese momento, se acaba el encuentro, el árbitro manda a los jugadores hacia los vestuarios. Y, habiendo cenado antes, sólo queda recogerse en el hotel, han decidido no ir a saludar a los jugadores durante el tercer tiempo, pero el camino del lecho conyugal se interrumpe por una parada en un bistró, una necesidad fisiológica imperiosa le obliga a Margot Hiruntchiverry a localizar un retrete, un grupo de seguidores biarrotas también está tomando algo para remontar la moral después de la derrota, los Hiruntchiverry son incapaces de rechazar una invitación.

Cuando el bistró cierra la pareja reanuda su camino al hotel, momento en el que se produce uno de esos sucesos paranormales que sólo se producen ciertas noches, ambos dos se encuentran teletransportados a una discoteca de forma inexplicable. La discoteca más animada de Agen.

Agen es la capital del departamento de Lot et Garonne, situada a 238 kilómetros de Biarritz. Las ciruelas de Agen son una delicia y conocidas en el mundo entero, además un par de ciruelas al armagnac en la sobremesa completan muy bien el café. Estos días hace frío y son un poco desapacibles, es invierno, pero pasearse en enamorados un fin de semana, viendo su puente del canal que salva el paso de la vía artificial de navegación sobre el río Garona o el interesante museo de Bellas Artes, puede compensar, mas si el Biarritz Olympique juega a las 9 de la noche el viernes.



El matrimonio Hiruntchiverry ha cogido el lote completo, entradas para el partido y un par de noches en un hotel con spa, un poco caro pero por una vez…

El partido comenzó puntual cuando el termómetro bajó de 5 a 4 grados y el resultado no fue bueno para el equipo de la ciudad balneario de la costa vasca, nada que decir al respecto. 

4 ó 5 horas después del encuentro deportivo, en la discoteca, jugadores de ambos equipos aparecen fraternalmente abrazados para unirse a los pocos aficionados que se tienen de pie en la pista de baile… en realidad toda la pista está ocupada por los Hiruntchiverry que, desde que llegaron, no han parado de bailar como aborígenes australianos en trance místico.

- Creo que podemos dar por acabada la noche de juerga e irnos a la cama – dice Imanol, una larga experiencia de terceros tiempos en su biografía,  ante las miradas de algunos de los recién llegados hacia Margot -.

- El partido acaba cuando el árbitro pita el final, es el árbitro el que manda – atina a decir Margot antes de derrumbarse en los brazos de su pareja -.

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