- Volver a la rutina, al ritmo diario de la ciudad somnolienta en su marco incomparable, al aquí nunca pasa nada…
Galtzagorri deja las gafas sobre el periódico abierto en un rincón de la barra del bar. La patrona le retira la taza vacía de café y le prepara otro, solo y sin azúcar.
- Si a ti no te altera el ánimo ni un terremoto, pareces flotar por encima del tsunami de turistas que nos inundan el barrio cada fin de semana y podrías vivir igual de bien en Donostia que en Kiev con tu filosofía de la inevitabilidad o eso que dices.
- La vida, la tuya, la mía... es tan inevitable como inexplicable y ya que estamos aquí y ahora, vivamos aquí y ahora hasta que no haya ni aquí ni ahora, hasta que ni estemos ni seamos.
- ¿Ya te has olvidado de tomar la medicina esta mañana?
- He leído los titulares y las esquelas que, a mi edad, es la mejor medicina, estoy vivo, yo estoy vivo, más cerca de la justicia de dios que de la de los hombres, justicia que tampoco es justicia, y vivo. Vivo en la rutina, vivo en el ritmo somnoliento de este balneario, en este no pasar nada…
- Tu mujer no te tendría que dejar salir de casa así, debería controlar más lo que desayunas. Y aprovechando que estás en plan de charletas matutinas, por qué no me explicas de una vez aquello que dijiste hace tiempo sobre las chicas del documental del cabezudo que sacaba muelas y bragas ahí al lado.
- No me acuerdo ya que dije ni lo que pude decir, pero lo que te digo ahora es que “en ningún caso esperes que sea hecha la luz sobre las cosas de aquel tiempo”, la única verdad que hay es la de la sentencia, una sentencia firme y correcta después de un proceso firme y correcto, las opiniones y las coartadas no son hechos, solo los hechos son hechos y están iluminados por la cruda luz de la sentencia que les hizo justicia.
- Miento, si digo que te entiendo.
- La mentira es una de las formas de decir la verdad, querida mía, una de las otras formas, como la injuria, la calumnia, la difamación... se condena a quien las dice como un delincuente por quienes deberían haber comprobado si, en lugar de difamar, el reo estaba denunciando horribles tumores que crecen y se multiplican, metástasis sociales, en los tejidos del aparato judicial. Yo también miento, si te digo que me entiendo.
- Creo que me voy a poner un carajillo cargado para soportar esta rutina que nos espera hasta que la Real se clasifique para la Champions.
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