El aparcamiento del hospital de Bayona no es acogedor pero es el que hay. Aristide Labarthe y Jon Galtzagorri aprovechan de un sol y sombra que propicia un árbol para esperar a alguien conversando.
- No sabía que Hiruntchiverry sufriera del corazón – dice Galtzagorri -. ¡Con todo lo que se cuida! Pero los niños que fuimos concebidos en mayo del 68 estamos en la edad de todos los riesgos.
- ¡Pues menos mal que su novia tiene estudios de enfermería y se dio cuenta de que algo le estaba pasando!
- ¿Nueva novia? ¿Se ha vuelto a separar? ¿Ya no está con Margot?
- Ya llevaba 5 años con Margot ¿Cuántas mujeres le has conocido Maite, Melany, Mamen, Marion, Mathi, Margot…? Poco más o menos cada 5 años, después de un matrimonio, a veces, y un hijo, de vez en cuando, se divorcia, se encuentra el amor de su vida que empieza por M, ésta se llama Mélissa y, lógicamente, es más joven que la anterior - creo que ésta es de la edad de su hija mayor o menos-, ... y vuelta a empezar el ciclo.
- Este es tonto, se cree un jovencito semental, seguro que se ha dopado con una de esas pastillas que te la ponen dura como un cigüeñal de motor de barco y le ha cascado alguna biela.
La llegada de una chica que sale del departamento de cardiología interrumpe la conversación, una morenita escapada de un calendario de souvenirs de la Côte Basque, una de esas mujeres vascas ideales que todos los pintores locales han intentado reproducir en sus típicos lienzos para turistas adinerados, un rostro que posiblemente no ganaría en un concurso de belleza pero qué importa… eso sí, el polo azul se ajusta al busto hasta que el cocodrilo se convierte en una lagartija aplastada por un camión… Mélissa entusiasmada saluda con un par de besos a cada uno y se presenta a Galtzagorri.
- Imanol va a salir en media hora, que lo mandan a casa, que no es nada, que tiene el corazón perfecto, que lo suyo es fatiga por la semana que ha llevado de nervios con las huelgas, los piquetes de actores, las manifestaciones, los miles de kilómetros que ha hecho para estar conmigo el fin de semana en Biarritz, nada, un par de días de reposo y… ¡Como nuevo!
- Yo creo que necesita reposo, mucho reposo – subraya Galtzagorri mirándole a los ojos y sintiendo que cualquiera puede sentir que se le funden los plomos sentimentales en ellos -, nada de excesos impropios de su edad.
- La doctora le ha dicho, delante de mi – Mélissa también pone de relieve su testimonio-, que hacer el amor es el único ejercicio que viene bien al corazón y además, con apenas 30 años recién cumplidos Imanol no es ningún viejo.
- ¿30 años?
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