La ciudad está desbordada, vehículos de matrícula francesa entran y salen de los aparcamientos en que se les ha prometido una inexistente plaza, los carteles de tráfico en bilingüe solo informan a los que no necesitan información, los sistemas de GPS se sorprenden con los cambios de circulación y las obras inesperadas, los que llegan en tren requieren servicios de voluntariosos guías autóctonos para encontrar la mesa del restaurante que reservaron por Internet… la industria hostelera local vende sus pintxos en serie y agota las existencias de alcoholes varios, los estancos vacían las alacenas… hay rugby en Anoeta y el alcalde luce su sonrisa transfronteriza.
- Se agradece la tranquilidad de la sociedad, lejos del centro – Aristide Labarthe disfruta de las anchoas declinadas de 3 maneras que Galtzagorri ha servido -, luego, cogemos el autobús con tiempo y... a disfrutar del partido.
- No sé qué tal me ha salido el atún – Galtzagorri está ultimando en la sartén unas lonchas mientras los pimientos humean en la cazuela de barro a fuego bajo -, creo que lo he hecho demasiado pero el pescatero me lo ha cortado muy grueso.
- Huele estupendamente – el Barón de la Florida descorcha un blanco de rioja, un CVNE que tiene un vergel en los aromas -, tanto la piperrada versión de Gros como este vino que me ha regalado el financiero bilbaíno el otro día.
- ¿Te has arruinado con sus consejos y te ha querido compensar? - Galtzagorri pregunta, tras beber una generosa copa -.
- No, simplemente le he ido presentando proyectos de negocios de alumnos y él se encarga de buscarles financiación y parece que le va bien, ya sabes que los que más ganan con los emprendedores cuando abren son los financieros y que los que más ganan con los emprendedores cuando cierran son los financieros, es la ley del mercado.
- Te van a poner un pleito por difamación los financieros vascos.
Después del café, una excursión al estadio en bus, a pie y una carrera de orientación por el interior del recinto, después de pasar la puerta, buscando la zona, el acceso, el vomitorio, la escalera, la fila, el asiento… que estaba lo bastante cerca de los retretes como para que nadie se mease encima, creo.
- Nos han dejado un bonito terreno de rugby estos futboleros donostiarras – dice el Barón de la Florida cuando las autoridades acaban la innecesaria ceremonia inicial -, a pesar de su pasión por las finanzas públicas.
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