El Barón de la Florida llega con su cara de dieta, la cara que se le pone cuando problemas recurrentes de metabolismo le obligan a comer « limpio » un tiempo, pero el modo en que devora uno de los choricetes humeantes que están en la mesa de la sociedad parece desmentir la posibilidad de que sea por causa de los análisis sanguíneos que tenga la cara torcida.
- ¿Qué te pasa ilustre profesor ? - le espeta Galtzagorri sirviéndole un liso de valdeorras, vaso que queda vacío inmediatamente -.
- Que tengo un grupo de alumnas de la secta del « wokismo » y que me han montado un follón en clase hoy por machista, antifeminista, amigo de violadores y no sé cuántas cosas más – ametralla el interrogado y se acerca a su lado de la mesa el plato de aperitivos para coger un langostino con panceta y dátil -, ¡A mi ! ¡Acusarme a mi de todas esas cosas ! Y encima he tenido que pedir excusas y no dar explicaciones, porque si das explicaciones, te graban y lo cuelgan en TikTok, en Instagram y en Twitter… una mierda de situación. He ido a hablar con el decano y me ha dicho que no me preocupe, que no he hecho nada sancionable y que más vale que me calle hasta que pase la galerna, que ya le tocará a otro la siguiente. Pero me he quedado, jodido.
- ¿Habías dicho alguna ironía que, una vez más, las bien-pensantes de tus niñas pegadas a las pantallitas no han entendido ? - le dice el Marqués de Altamira trayendo las vieiras con endivias braseadas de la cocina -.
- Como llego siempre unos minutos antes de la hora de clase, he visto que un grupo estaba muy ocupado con un trabajo para una asignatura optativa de ésas que pueden coger, incluso de otras carreras… Me han explicado que estaban adaptando los cuentos infantiles para que no fueran homófobos, racistas, machistas y demás.
- Ya sabes que ahora es lo que se lleva a todos los niveles – Jon Galtzagorri ha puesto en la mesa una olla muy caliente de « bœuf bourguignon » con una capa de salsa color mostaza por encima -, censurar o expurgar literaturas clásicas.
- Pues les he comentado que si Perrault le hubiera puesto una caperucita de camuflaje en vez de roja a la niña que su madre inconsciente mandó imprudentemente a casa de la abuelita, quizá el lobo feroz no la hubiera visto.
- Claramente, eres machista, antifeminista, amigo de violadores y todo lo que te han llamado y te estarán llamando en las redes sociales – el Marqués de Altamira ha traído cucharas para todos -, y comed la vaca vieja con cuchara porque si untáis pan, no os van a caber los trajes de penitentes esta semana santa que viene.
- En el cuento, el único que cumplió con su deber es el lobo, porque los lobos feroces, sean animales o humanos, son oportunistas y aprovechan la mínima ocasión para satisfacer sus instintos – Galtzagorri dice y usa una hogaza de pan entera para la salsa -, aunque yo siempre he sospechado que el leñador era el autor primitivo del cuento y que lo contó en su interrogatorio para disimular que había violado a la nieta y la abuela, las había asesinado, despedazado y ocultado los cadáveres, echando la culpa a un lobo que pasaba por allí y que iba a lo suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario