martes, 30 de mayo de 2023

DEGUSTACIÓN DE SIDRAS



- Este año no he ido a ninguna sidrería ni falta que hace – dice el Marqués de Altamira abriendo la botella de sidra bretona que ha traído Aristide Labarthe a la sociedad -, tengo el metabolismo correcto y no necesito laxantes pero ya que insistes en hacer una comparativa…

- Esta sidra de Quimper está llena de premios y me han regalado una caja – replica el lapurtarra abriendo a su vez la botella que ha aportado el Barón de la Florida -, así que siempre he tenido ganas de comparar unas sidras con otras, como hacemos en el club del vino, y ésta de Astigarraga siempre Galtzagorri ha dicho que es la menos mala.

- Es que lo de la sidra y las sidrerías me pone mal cuerpo – dice el aludido Jon Galzagorri que está haciendo equilibrios por encima de su cabeza con una botella, intentando acertar con el chorrete en un vaso que sostiene a la altura de sus gemelos en una postura ridícula -, una bebida soportable en verano, si no hay un vino fresco y ligero a mano, para acompañar unas sardinas a la brasa y un poco de pan de pueblo pero para nada más y, ahora, como gilipollas, vamos todos los años a pagar un precio de restaurante que paga sus impuestos por beberla en invierno en plan masturbación personal, sobre mesas sin mantel ni servicio mínimo sindical, para acompañar bacalao que está pidiendo un vino blanco seco, una vaca gallega que reclama un vino tinto de cuerpo y para acabar normalmente con un queso de la marca más ínfima de un supermercado alemán  que pide que se la meta por donde yo diga el filibustero que ha montado el negocio al amparo del árbol que todo lo tapa con sus ramas forales de este pequeño país… y no digo más, por ahora. Bebed esta gaseosa de Sariego o de Villaviciosa o de la virtuosa villa o lo que sea.

- Esa asturiana no está mal, se deja beber con este calor – dice el Barón de la Florida que ha hecho las crepes de trigo negro, compradas para la ocasión, con queso, huevo y jamón de York -, yo creo que con jamón serrano pasaría mejor. La guipuzcoana como de costumbre pasa bien, si no hay otra cosa, pero deja un gusto en boca como de un fanta de manzana al que le han quitado el edulcorante, habría que tomarla en ayunas porque no va con nada que puedas comer a la vez. La bretona pues es de llorar, en mi opinión, quizá hay que beberla en loza y comiendo una crepe con salchicha en el mercado de Rennes, pero me parece que le han puesto el edulcorante, será fructosa, que les ha sobrado de la galletera de Pont Aven.

- ¿Qué nota le ponéis a cada una? ¿1, 5, 10…? - Optimista Aristide Labarthe intenta reconducir el debate sobre producto tan natural y tan de las culturas del Atlántico -.

- Fa menor – responde el Marqués de Altamira corriendo hacia el retrete -,  la nota que vais a oír ahora, si ponéis un oído atento, va a ser un fa menor sostenido pero no os preocupéis por mi si no salgo un tiempo del excusado, por mí, podéis acabar con todas las sidras.

- ¿Hace un calvados? - dice Galtzagorri, poniendo una botella en la mesa -.

 


No hay comentarios: