- Este año no voy a Cannes – dice Imanol Hiruntchiverry en la mesa de la terraza del bistrot de Biarritz donde está tomando el aperitivo con unos amigos -.
- Tú nunca vas a Cannes – le replica Aristide Labarthe que le ha oído, a pesar de la lluvia que tamborilea con fuerza en el toldo que les protege -, no se te ha perdido nada allí, tus películas pasan más a menudo por Sitges y otros festivales de espanto que por un Festival en el que hay buen cine.
- Micha el Doladuras sí está en Cannes, un gran actor, un gran follador ¿No ? - comenta Joan Alegorizar sirviendo otra ronda de « ingeniero » de Chapotear en los vasos -, creo que con Micha el Doladuras en Cannes, no estaría bien que otro caliente como un conejo corriera por el paseo persiguiendo estarles… además tienes que moderare, que ya tienes una edad.
- Eres un pelma – Hiruntchiverry pega un mordisco al salchichón que su novia estaba intentando cortar con delicadeza y un cuchillo mellado -, y no digas tonterías, que mi amor puede mosquearse y tiene un hab de derecha que te deja conmocionado antes de que pestañees. No voy a Cannes porque Mélissa y yo nos vamos a Dublín, a ver la final de la Champions.
- ¡No fastidies ! - el Marqués de Altamira exclama, atragantándose con un mejillón que apenas da el tamaño reglamentario -. ¡Ver Leinster contra La Rochelle en Dublin ! ¿A quién has robado las entradas ?
- El papá de Mélissa tiene negocios en La Rochelle y un patrocinador del equipo le había regalado un par de entradas… pero no puede ir a última hora, así que le ha regalado a su hija entradas, vuelos y hotel para que vaya con su novio nuevo, al que aún él no conoce… y no sé cómo preparar nuestro encuentro y conocimiento, quizá a la vuelta o más tarde, en verano…
- Huelo a cuerno quemado o algo similar en ese futuro encuentro – Galtzagorri pasa un mejillón a su Coro que está distrayendo a Mélissa con un catálogo de Bompard -, entre tu suegro de hecho y tu biografía anterior de derecho.
- Objetivamente no pasa nada de extraño – sigue Hiruntchiverry confidencialmente -, mi suegro, como tú dices, jugaba en cadetes en mi club y yo era su entrenador a la vez que yo jugaba en el primer equipo pero no sé por qué se cree que su hija sale con mi hijo y ésta no se lo ha explicado todavía, espera que sea yo quien se lo cuente.
- Creo – Labarthe no baja la voz para decirlo -, que deberías haber ido a Cannes a tomar unas cervezas con Douglas, también hay Guinness en La Croisette.
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