En las españas en general, somos muy mucho de no perder el tiempo hablando si podemos arreglarlo a hostias - se nos imputa esa costumbre tan ibérica solo a los vascos de forma errónea -. Es verdad que los vascos somos capaces de matar de amor el euskera, por ejemplo, en vez de preservar esta lengua que hunde raíces en el neolítico, utilizamos su exigencia como una herramienta de piedra para impedir la entrada a los infieles en nuestras múltiples administraciones, esto es, la imponemos a hostias jurídicas y los que intentamos que sea amada por todos, a pesar de su necesaria exigencia identitaria, tenemos la sensación de no tener voz en su entierro… dando la sensación de que, cuanto más se exige en esos determinados ámbitos cercanos al nacionalismo, menos se habla en la sociedad real pero puede ser una sensación equivocada.
Después de tantos años oyendo en cualquier circunstancia la cuestión aquella de que « ¿Nos puedes explicar lo que pasa en el País Vasco ya que tú eres vasco ? », hemos pasado a otra interrogante « ¿Nos puedes explicar lo que pasa en España ya que tú eres español ? » y eso después de haber expresado cierta envidia por la marcha de la economía española, por el freno al fascismo en las últimas elecciones, por la repercusión de la cultura española actual en el mundo de las artes y de las letras y otras cosas en las que los españoles no tenemos ninguna participación positiva precisamente como el clima, el paisaje, las energías limpias o el urbanismo.
¿Cómo explicar a un juez francés lo que pasa con sus colegas españoles ? Cuando empiezo a hablar de Irán, de la justicia actual en China o en Corea del Norte… para intentar hacerles comprensible la relación entre el Opus Dei, el franquismo familiar, los nepotismos y demás taras del sistema judicial, los magistrados franceses desconectan, me miran con cara de asombro un instante y cambian de conversación sin dejarme terminar con un cierto mensaje optimista.
¿Cómo explicar a un periodista francés lo que pasa con sus colegas españoles ? Cuando empiezo a hablar de la Cosa Nostra, la Mafia financiera, los bancos lavadoras de dinero sucio... para intentar hacerles comprensible la relación entre el Opus Dei, el franquismo familiar, los nepotismos y demás taras del sistema informativo español, los periodistas franceses desconectan, me miran con cara de asombro un instante y cambian de conversación sin dejarme terminar con un cierto mensaje optimista, porque yo siempre quiero ser optimista.
¿Cómo explicar a un político francés de la derecha lo que pasa con sus colegas españoles ? Cuando empiezo a hablar de narcotraficantes gallegos, de pedófilos monárquicos, de corrupción institucional, del banco de favores, de los negocios primero, de quien paga manda... para intentar hacerles comprensible la relación entre el Opus Dei, el franquismo familiar, los nepotismos, los dineros opacos y demás taras de las derechas españolas, los republicanos franceses de la derecha desconectan, me miran con cara de asombro un instante y cambian de conversación sin dejarme terminar con un cierto mensaje optimista, porque yo siempre, es un ejercicio voluntarioso, quiero ser optimista.
Así que al final vuelvo a contarme a mi mismo que España es de esa gente, esa gente que se cree que ellos son los únicos que aman España y que España es suya, así que en su entierro, en su inevitable entierro, podrán decir o quizá cantar – no sé si hay una copla que lo diga -: “La maté porque era mía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario