Este folletín por entregas irregulares comienza en
- Sí he ido, que ya me hacía falta. Y estoy leyendo la memoria del concurso de acreedores de Ava, SA.
- ¿Estás en una secta o qué? Nadie lee las memorias de los concursos, son todas iguales, plagios, un “copia y pega” de otras anteriores. Yo he presentado la misma memoria en una docena de expedientes, cambiando los nombres, y nadie ha dicho nada jamás.
- Yo es la primera que leo y me parece interesante.
Y Lin siguió con la lectura de la Memoria presentada en el expediente judicial del concurso de acreedores de Aceros Vizcaínos de Amenabar, SA.
“Aceros vizcaínos de Amenábar, SA fue constituida en Erandio hacia los años 20 del siglo XX por dos empleados de un astillero naval de esta localidad que consideraron que con los conocimientos que poseían podían emprender la aventura de crear una empresa nueva dedicada a la fabricación de aceros de gran calidad muy necesarios en la construcción de buques ya que estimaban que los existentes en el mercado podían ser mejorados para resistir mejor la oxidación. Sin embargo, fueron derivando a especializarse en componentes de precisión de las diferentes máquinas que, además de las propulsoras, se instalaban en los buques, como las grúas, las bombas, ascensores, sistemas de refrigeración y calefacción… que les eran encargados por otros fabricantes del sector naval que giraba en torno a la próxima Ría de Bilbao, la gama de fabricados era muy amplia y los documentos de la época atestiguaban que la calidad del producto era "extra". En los primeros tiempos de la II República Española, sin cambiar jurídicamente de denominación social, pasó a ser conocida por AVA S.A.
La maquinaria que se requería para la fabricación y control de las piezas era muy diversa (taladros, barrenos, tornos, fresadoras, prensas, escariadores, copiadoras, pulidoras y baños galvánicos) por lo que los conocimientos y habilidades que exigía este tipo de fabricación debían de ser muy amplios y la plantilla enseguida pasó a ser de más de un centenar de empleados, muchos de ellos con una gran formación técnica especializada tanto en ingeniería como en diseño, lo que se conocía entonces por el departamento de « dibujo ».
Durante la contienda derivada del alzamiento militar del 18 de julio de 1936, la fábrica fue destruida, quizá por su situación estratégica en la ribera derecha del Nervión cerca de las defensas del denominado “cinturón de hierro” de Bilbao pero en 1940, una vez terminada la sangrienta guerra, los fundadores de la empresa retomaron el proyecto y construyeron una nueva fábrica que, como la anterior, sita en los llamados campos del moro o de Amenábar en Erandio,con muchas dificultades, pero en un breve espacio de tiempo fueron capaces de reeditar la gama de productos y de nuevo conseguir ser líderes en el mercado nacional hasta bien entrados los años 70, encabezando y siguiendo el crecimiento del resto de la industria vizcaína.
A finales de 1977 es ya explicita la crisis del sector naval en España. En octubre de ese año la Cámara de Comercio de Bilbao junto a los representantes de empresas auxiliares manifiestan públicamente su preocupación por la reducción de actividad y ven como probable el cierre de numerosas empresas. Se piden ayudas públicas para mantener la actividad en espera de un plan de reestructuración del sector pero la crisis mundial del petróleo, la apertura de mercados y el fin del proteccionismo obligaron a los propietarios, hijos de uno de los fundadores, a reorientar el negocio hacia otras actividades con la fabricación de productos de acero al carbono y al manganeso para la automoción, maquinaria, industria papelera, cementera, trituración, molienda, ferrocarriles... pero, dado el escaso valor añadido de estos productos, optó por entrar tanto en el sector de la valvulería que requiere mayor calidad y el empleo de aceros como los aleados y los inoxidables con mayores márgenes pero que se venden en mercados, p.ej.: el petrolero con mayores riesgos como en el sector de la logística interior con la producción de soportes y contenedores para auxilio de la producción en serie.
Esta actividad ha perdurado hasta prácticamente el final de la segunda década del sigo XXI, con diversas incidencias -algunas de ellos ligadas con el terrorismo que asoló nuestro país, como el intento de secuestro del entonces Director General en 1989 -, y una progresiva reducción de plantilla en Erandio que no fue compensada con la creación en 1990 de una planta en Zaragoza, para aprovechar los menores costes salariales de aquella región y la proximidad a un importante cliente, fabricante de automóviles.
El esfuerzo por sobrevivir llevó a la apertura de un centro de producción de los fabricados con menor valor añadido en Rabat (Marruecos) en 2005 que ha sido vendido hace cuatro ejercicios a un grupo industrial francés, a la vez que las instalaciones aragonesas a unos inversores locales que han acabado por cerrarlo definitivamente hace pocas fechas.
Las inyecciones de tesorería obtenidas con la realización de los referidos activos se han volatilizado y la lógica de los mercados ha acabado imponiéndose con repetidos ejercicios económicos con resultados negativos a pesar de todos los riesgos asumidos por la actual propiedad, nietos de uno de los primitivos fundadores. Precisamente la incidencia de los impagados y retrasos en que repetidamente se han convertido tales riesgos lo que ha llevado a la concursada a la situación crítica en la que se encuentra.
Nuestra empresa, procedente de una línea familiar industrial y superviviente a varias crisis históricas como queda dicho, ha venido contando con unos costes financieros desorbitados en el mercado bancario -incluso en la actualidad - , costes de mano de obra muy altos por la incidencia de los salarios comparativos de nuestra región y otros costes fijos también muy altos, por ello obtener una cuenta de explotación que origine un flujo de caja que se vaya convirtiendo en positivo, esto es en beneficios, requiere ciertamente encontrar un producto con un alto valor añadido y que se mantenga diferenciado durante un periodo de tiempo bastante largo antes de que los competidores a menores costes acudan al mismo mercado que nunca es un mercado cautivo sino volátil.
Los socios no pudiendo acudir a financiar internamente la vida de la sociedad y ante la imposibilidad evidente para alcanzar una financiación externa adecuada o, al menos, negociar de nuevo el endeudamiento alcanzado, acordaron el cese de la administración última y designar nuevos administradores sociales que pudieran proceder a la búsqueda de una salida, aunque fuera concursal, a la situación que ya se presentaba al final del ejercicio pero los esfuerzos desarrollados por la nueva administración durante el siguiente ejercicio no han dado fruto positivo y por ello al inicio del ejercicio nos vemos en la situación sin salida que la documentación contable adjunta acredita.”
Lin levantó la cabeza después de esta lectura y sonriente pero pensando aún en la historia económica y jurídica de la sociedad del concurso, le dijo a Manu:
- En la peluquería me han dicho que si yo quisiera un esbirro para cargarme a mi marido debería contratarlo entre los antiguos escoltas que, después del cese del terrorismo activo, están sin trabajo ¿Qué te parece?
- Que se dicen muchas chorradas en las peluquerías.
- ¿Le has dicho al Guardia Civil que puede mirar entre los escoltas en paro en vez de entre los delincuentes?
- Son profesionales, supongo que estarán mirando. Lo que he hecho es lo que nos has dicho a Galtzagorri y a mí y he contado al hijo lo que su padre pensaba de sus socios, de la pandilla de bandoleros de la que formaba parte. Me ha dicho que, a pesar de los consejos que le han dado, ni su hermana ni él van a venderles las acciones de la promotora por ahora, pero que no piensan ni acercarse a los consejos de administración por si acaso.
- ¿Sabes quién va a mi peluquería? Maider Simón Iruraiz, la mujer de José Martínez el abogado, ella es la que tiene una galería de arte en la calle Ibáñez de Bilbao, en pleno centro.
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