Este folletín por entregas irregulares comienza en
Fernando Ustarroz se
fue para Bilbao pasando por Madrid, incluso hizo noche en Madrid. El
viaje hasta Madrid lo hizo en avión y en compañía de la teniente
Carmen Camacho. El Teniente Coronel Camacho les había convocado a
los dos en su despacho para informarles de las órdenes recibidas,
los dos tenían que reunirse en Guzmán el Bueno, en la Dirección
General, con un Teniente Coronel de la Unidad Central Operativa que
les iba a entregar personalmente más instrucciones sobre lo que
Ustarroz tendría que hacer en Bilbao y Camacho en Mallorca, porque
ella iba a hacerse cargo de seguir con la carpeta sobre el asesinato
del financiero bilbaíno, aunque se siguiera aparentando que el caso
estaba resuelto con los dos homicidas confesos en la cárcel, para
obtener cuantos más datos se pudieran encontrar en la isla sobre
quien se había presentado como Manfred Rödel y quien le hacía
compañía durante su breve estancia por allí.
Paco Gallego había
ascendido a Teniente Coronel por méritos de « guerra »,
de la guerra contra ETA, de la guerra contra el narcotráfico, de la
guerra contra las bandas organizadas… y tantas guerras le habían
dejado secuelas físicas y mentales, alto y desgarbado, con tics
oculares que le hacían guiñar las cejas simultáneamente a ambos
ojos, mientras fumaba cigarros que liaba como si fueran porros y que
dejaba deshacerse en hebras y ceniza sobre los expedientes abiertos
en su mesa desordenada, en los que también iban cayendo los cabellos
grasientos que perdía. Nadie le había visto en uniforme
reglamentario en los últimos años y su despacho era un lugar de
peregrinación en busca de ideas ante casos complicados o de
contactos con gente que sabían cosas que nadie más sabía, sobre
todo de los servicios de inteligencia, porque en el Centro Nacional
de Inteligencia había dejado todas las puertas abiertas para él
desde sus tiempos en el CESID.
Gallego dejó la
mitad del cigarro que estaba fumando en el alféizar de la ventana
abierta a su espalda sin dar importancia a que el viento se la
llevara o no – de hecho se la llevó al cabo de dos segundos de
dejarla -, y se volvió a los dos tenientes recién llegados.
- Las huellas y el
adn que nos habéis remitido no están en ningún fichero de
antecedentes policiales por una sola y sencilla razón: porque son de
uno de los nuestros.
- ¡Hostias! -
exclamó Ustarroz -.
- Bueno, de uno de
los nuestros pero que no es del cuerpo ni del CNI, sino que ha sido
un colaborador en tiempos pasados, un bilbainoo, un verdadero
forofogoitia del Athlétic, Peio López Iruraiz ¿Quién es este
individuo? Qué no es este individuo es más fácil de decirlo, Peio
es un semiananalfabeto diploma-adicto, tiene Certificado de
Profesionalidad en Vigilancia, Seguridad privada y protección de
explosivos, es Monitor de Kárate, Taichi Chuan y Chikung, Instructor
de Buceo, Patrón de Yate, Detective Privado titulado, con FP como
Electricista, Wedding Planner organizador de eventos graduado y
seguro que me dejo alguna otra. Vamos, un perfecto inútil pero al
que, en su momento, utilizamos para un trabajo en la costa de las
Landas en el que no tenía que hacer nada sino estar y lo hizo muy
bien y como en esta casa y en la otra somos muy agradecidos con los
que nos han servido pues le hemos dejado ganarse la vida y le hemos
sacado de algunos líos en que se ha metido pero estoy convencido de
que se ha metido en este asunto hasta el cuello y esta vez no le
vamos a salvar el pescuezo, una cosa es darle de tortas a un macarra
de La Palanca por un quítame allá esas putas y otra cosa es
cargarse a un señorito de Bilbao que además era también del
Athlétic como él y como yo.
Fernando siguió la
mirada del Teniente Coronel y en una de las paredes estaba clavado un
banderín amarillento del club bilbaíno que, en un primer momento,
había tomado por uno del Atlético de Madrid.
- El sujeto que le
acompañaba a este idiota, pondría la mano en el fuego pero creo que
era Kovasevic.
- ¡Rehostias! - No
se pudo reprimir el navarro en uniforme de teniente de la Guardia
Civil -.
- No es el
futbolista, ese pájaro se dedica a otras cosas. El nuestro es
Slobodan Kovasevic un antiguo militar serbio que vive en Santander.
Aunque las cintas de vídeo del ferry son una mierda, por la
corpulencia de ambos hemos deducido que es él pero es que la foto
del pasaporte alemán que se usó para el alquiler del coche puede
ser perfectamente del Kovasevic éste, también la tuya o la mía o
la de la teniente, porque se parece a cualquiera y a nadie, pero este
tipo de documentación falsa se hace en Belgrado, donde hay un
especialista muy reputado. Y además Kovasevic es buceador, un
excelente buceador por lo que nos hemos enterado, y practica mucho en
el Club de Pesca y Actividades Submarinas de Colindres y ya adivináis
quién es también socio del Club de Colindres y suele ir por allí.
Pero mientras Peio está dado de alta como trabajador autónomo como
un empresario de multiservicios desde tareas de seguridad a
organización de eventos, nuestro buen Slobodan es un auxiliar
administrativo en una ETT de Santander, una ETT que dirige su
compañera Divna Domijn que lleva muchos años viviendo en España,
vino a jugar a balonmano y ya no se volvió, Slobodan ha aparecido
hace dos o tres años, se dedican a traer trabajadores serbios para
hacer obras o trabajar en hostelería y así.
- Tenemos indicios
como para actuar contra ellos como ejecutores materiales quizá, pero
no creo que convenga – Carmen Camacho no soporta el olor a tabaco
húmedo y moho que, a pesar de la ventilación, impregna el ambiente
del despacho -, porque hay que encontrar al que les hizo el encargo.
- No hemos
encontrado pista alguna del dinero, los dos siguen haciendo vida
normal y sin ostentaciones por lo que sabemos y no creo que les hayan
hecho una transferencia bancaria, no he querido menear las
comandancias de allí para no arriesgarnos a entorpecer las
investigaciones que estáis realizando vosotros pero tú Fernando
tienes libertad de acción para hacerlo con lo que veas por Bilbao.
Y, una vez
instruidos, uno cogió el vuelo para Loiu y otra el vuelo para Son
Sant Joan.
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