miércoles, 12 de enero de 2022

MODELOS DE VIDA, PREGUNTAS


La visita a su madre en la residencia es una tortura para Galtzagorri. En estos tiempos de virus desatado, con algo de egoísmo, se sintió aliviado porque sus hermanas asumieron más el deber filial de mantener a la matriarca unida a sus hijos. Ahora procura ir todas las semanas, sabiendo que la Señora Galtzagorri le espera siempre con una batería de preguntas, preguntas que demuestran que su cabeza tiene marcha, a pesar de que su cuerpo va abandonando inexorablemente este mundo tan vasco, tan redondo, en el que ella ha reinado.

- ¿Tú crees que las escuelas de modelos son responsables de los abusos sexuales padecidos por las alumnas o de la incitación a la prostitución en eventos en que se les llevaba para hacer prácticas?

Galtzagorri venía dispuesto a hablar de la Real Sociedad y de sus problemas con la culminación de su dominio, así que se encogió de hombros sin afirmar o negar la pregunta.

- ¿Los gerentes de las academias sabían lo que pasaba en las sesiones de fotos con un fotógrafo?

La señora tenía ganas de tocarle las narices.

- Habría que preguntarles a ellos, pero su respuesta de que no sabían nada de nada está cantada.

La respuesta era insatisfactoria a todas luces, la mirada de su madre no dejaba dudas. 

- ¿Será cierto que lo que hacía, al menos, un fotógrafo lo sabía “toda” la ciudad?

- Eran otros tiempos, supongo que algunos habíamos oído algo pero no le dimos importancia, no tuvimos empatía con quienes podían ser las víctimas, como que eran anónimas, mientras que el prestigio y las relaciones del fotógrafo le hacían un personaje simpático, con sus peculiaridades pero simpático, un “jatorra”. Ahora me siento avergonzado de no haber hecho nada pero tampoco sé muy bien lo que podía haber hecho yo personalmente…

El interrogatorio pareció terminar, el acto de contrición de su hijo parecía satisfacer a la madre que se acomodó en la silla de ruedas. Fue un respiro, nada más que bebió un vaso de agua con la ayuda de su hijo, la nonagenaria prosiguió.

- ¿Conocían las alumnas los riesgos que corrían con un fotógrafo?

La pregunta no iba dirigida a Galtzagorri, a pesar de que era la única persona presente, se quedó sin respuesta, como las dos siguientes que llegaron juntas.

- ¿Conocían las alumnas lo que podía pasar en algunas invitaciones que se les hacían? ¿Conocían siquiera que recibir regalos por sexo es prostitución?

- Vivimos en una sociedad de consumo, también los padres hemos renunciado a ser ciudadanos y a transmitir valores ciudadanos a nuestros hijos, somos consumidores y formamos consumidores, - Galtzagorri se sentía cómodo hablando de derechos y deberes de las personas -, me temo que esas adolescentes no tenían la más mínima preparación previa, ningún control al ansia de consumir, sería interesante saber lo que piensan esas familias ahora.

- ¿Es cierto que los padres y madres de las alumnas de modelo ignoraban los riesgos de abusos y de puterío que existían en la formación de sus hijas como modelos?

- ¿Cómo era eso de “que hay quien fornica para ascender y quien asciende para formicar”? - Galtzagorri usaba siempre fornicar por follar en presencia de su madre desde que ésta le dio una bofetada por mal hablado cuando él tenía quince años – Eso lo llevan los humanos en sangre desde que el primer mono que descendió del árbol se puso erecto en todos los sentidos del término.

- ¿Es cierto que las suegras de las alumnas lo sabían perfectamente?

- Las suegras sabéis todo de vuestras nueras, incluso lo que éstas no saben.


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