- La justicia avanza en diligencia, Imanol, en diligencia como la de la película que llevas siempre contigo – dice Galtzagorri mientras descorcha una botella de tinto de uva mencía -, y el abogado debe escoger uno de los papeles o, mejor, se le asigna uno de los personajes del casting.
Imanol Hiruntchiverry tiene “La diligencia” de John Ford en beta, en vhs, en blue-ray, en dvd y en una usb que usa de llavero de las llaves de la moto, la tiene y la ve, en idioma original, cuando la pone a la cuadrilla, con cualquier excusa, es fácil verle que mueve los labios con el diálogo a la vez que los personajes, también lleva grabadas “Casablanca” y “El halcón maltés” en la misma usb, quizá con “Psicosis” y “Los pájaros” pero puede que sea en otra usb. Todas las ha puesto a la cuadrilla en alguna larga noche de refugio de montaña mediante la tableta que lleva a estos efectos, la gran pantalla sigue siendo grande en su dimensión más reducida, eso dice Jon Galtzagorri que se calla incluso a veces durante la proyección aunque siempre hay que despertarle cuando se acaba.
- Yo creo que, siendo el abogado de la defensa de la víctima, el papel asignado es el del viejo sheriff que va en el pescante junto al cochero, esto es, aunque lleves el winchester siempre preparado, tienes que controlar al cochero, que es el oficial del juzgado encargado de los autos, para que mantenga los caballos al galope cuando haya que galopar y al paso cuando haya que ir al paso, a veces tienes que echar mano a las bridas o herrar un caballo, usar el engrasador para que no chirríen los ejes y evitar los incidentes que ralentizan el avance de la diligencia hacia su destino. Lo siento por Jerónimo si ha salido de la reserva, pero tienes que sacudirle un tiro entre ceja y ceja si intenta parar el curso de las actuaciones.
El buen vino y la sabrosa cecina de León están haciendo agradable el aperitivo en la terraza del apartamento de Manu Majors, el parque de abajo se ha llenado de niños que han salido de clase.
- Es imposible hacer andar la diligencia y vivir en la reserva a 389 kilómetros de donde pasa la acción, el conductor de la diligencia te va a confundir con Jerónimo y tratarte como un enemigo, además como no te enteras de lo que pasa con los pasajeros y los caballos, cada vez que te acercas provocas un incidente y retrasas más el viaje.
- Y tu cliente – interviene Manu Majors que ha repartido unas lonchas de queso manchego bien seco -, se va a preguntar quién es el verdadero responsable del retraso.
- Tu cliente puede ser la rubia cupletista expulsada del pueblo, pero tonta del todo no es – Hiruntchiverry saca la Samsung Galaxy Tab S7 plus y la coloca en el centro de la mesa -, por cierto, hoy es un buen día para ver un gran clásico: “Manhattan” de Woody Allen.
- ¡Qué banda sonora! Vamos a dentro y la pongo en la tele a todo volumen.
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