- Tengo otra sentencia de cámaras de seguridad mal instaladas – el enfado de Manu Majors es patente, incluso a través de la cámara web -, en su carta de despido, la empresa alegaba que en base a la grabación de la conducta del trabajador durante una jornada laboral del verano pasado en el turno de noche en su puesto de trabajo de vigilancia nocturna del almacén, en vez de realizar su servicio de la forma convenida, recibió la visita de una mujer con la que mantenía una relación afectiva a la que estuvo guiando por las instalaciones del cliente mostrándole productos en fase de fabricación, considerados secretos empresariales por el cliente, y llegando a tener relaciones sexuales completas en el canapé del despacho del director general, no prestando atención al servicio y, al descalzarse y desnudarse, no cumplir con las normas básicas de uniformidad durante el horario de trabajo.
- ¿Y te han declarado improcedente el despido porque no había aviso a los trabajadores de que las cámaras estaban instaladas? - le pregunta Jon Galtzagorri desde su despacho, dormitando a la hora de la siesta y con pocas ganas de videoconferencias -. A mi me ha pasado llevando al trabajador despedido, el derecho a la intimidad con la novia en el canapé del gerente o encima de su mesa incluso es un derecho sagrado.
- Pero había avisos, los avisos eran para los trabajadores de la empresa-cliente pero no lo habían hecho para los trabajadores de la empresa de vigilancia que había instalado más cámaras que para la retransmisión de la final de la Champions… y el currela era el vigilante de seguridad.
- Pues lo tienes mal en suplicación, ten en cuenta que los magistrados no gustan de que se les grabe con cámaras de vigilancia, que luego pasa lo que pasa.
- Lo dices por aquella señoría que hizo una visita nocturna con su amante a la piscifactoría para bañarse con las truchas en el agua fresca de la montaña.
- No eran truchas y no se bañaba, además es una buena chica que jamás pudo pensar que en todas las instalaciones industriales tiene que haber cámaras de vigilancia.
- Yo creo que hay que modificar la ley y adaptarla a la realidad: “Usted está siendo grabado salvo que le avisemos de lo contrario”.
- Eso puede acabar con la vida sexual de los vigilantes jurados.
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