domingo, 24 de julio de 2022

GEZIAK ETA PELAIOAK

 Las juventudes patrióticas del frente nacional vasco no merecen un like nunca ni en ningún sitio pero la izquierda « estatal » no se entera. Y esto vale en todas las fiestas y en todos los lugares, Altsasu y Mutriku incluidos. 


No somos palestinos, somos vascos, aunque las policías no me entusiasman - son la violencia humana uniformada y al servicio del poder -, la violencia con otro tipo de uniformes o dress code tampoco.


Esa sopa de logias y siglas etarroide con acné huele y no a valores republicanos precisamente, en realidad, apesta a totalitarismo, imposición, analfabetismo funcional y solución final para los otros, se presente como se presente.


Desde que ETA preparó su rendición, su núcleo cerebral empezó a buscar ocupación para su red de chivatos y los convirtió en palmeros de la paz y artesanos del paraíso a unos, a flechas y pelayos de la juventud en marcha a los otros, a relaciones públicas en los medios y en los parlamentos a los que sabían suficientemente escribir y hablar en castellano -esa lengua en que los abertzales hablan y se dan las órdenes en la intimidad -, y en viajeros de autobús y talo de txistorra al resto.


No somos palestinos, somos vascos, nos nacieron aquí y podemos aprovechar esta posición geográfica, la bisagra de la puerta a europa de la península ibérica, para construir algo más que un dolmen neolítico, modelo herriko taberna. Me temo que no será así, por ahora, lo dejaremos para después de fiestas, esto es, para nunca.










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