domingo, 18 de febrero de 2024

KANT Y LA FOTOGRAFÍA ERÓTICA




Hace más de cien años, los publicistas de la época denominaron La Perla a la casa de baños erigida en el centro del arenal de la playa de La Concha, ahora se habla de Thalasso, nombre de un programa de televisión francés dedicado a viajes. Jon Galtzagorri piensa que no le gusta lo de “perla” y menos lo de “thalasso” mientras observa la resplandeciente bahía en el sol de invierno desde el ventanal con que cuentan las instalaciones. Ha saludado a algunas sirenas donostiarras que tomaron chocolate a la taza con el campechano y el balaceado cuando éstos eran niños y se bañaban en la playa de Ondarreta, entonces se vivía en blanco y negro, ahora se bañan todos los días del año, haga el tiempo que haga, en la playa de la Concha. La voz interior le dice que el paisaje en technicolor que contempla es irreal, está pintado por algún pintor hiperrealista de paleta cursi, no hace caso a la voz interior que últimamente le ha dado por hablarle de Kant, como el mes pasado le hablaba del asesinato de Unamuno en su casa de Salamanca. La voz interior se descontrola como un discurso radiofónico y fachosférico de radio de taxista madrileño; Galtzagorri se ha bajado en plena Castellana en más de una ocasión.


- Manuel Kant, que era un aburrido y un pelma y que vivió una vida aburrida y pelma, estoy seguro, este Kant nos dio lecciones de ética como aquella de que debemos decir siempre la verdad, incluso si la verdad nos causa problemas o nos hace perder algo que queremos ; mentir está mal porque implica tratar a los demás como medios para nuestros propios fines. Yo amo la verdad, la sinceridad en toda circunstancia pero me gustan los cuentos, las bromas, la poesía, el teatro… no tengo inconveniente en confesar públicamente que he mentido de forma impenitente desde mi más tierna infancia, desde que me sorprendieron con 3 años o así llevándome una jugosa mandarina de la caja expuesta en la tienda de ultramarinos de Jai Alai, la tienda de Salvador. Después de aquello no decidí hacerme abogado, ésa es otra historia, historia con muchas facetas, pocas de ellas sinceras.


Las sirenas donostiarras deben ser viudas, todas son mujeres, epidermis de neopreno pintado de colores varios que ocupan todas las plazas de la pequeña piscina de burbujas, Galtzagorri está húmedo de pie, abstraído en la secuencia interior de su relato.


- No sé por qué me acuerdo de Kant cuando veo textos sobre fotografía erótica donostiarra, últimamente he visto dos o tres sueltos sobre el más popular de los foteros de la ciudad balneario, la fotogenia de la ciudad ha debido propiciar que el número de excelentes profesionales de la imagen sea enorme en nuestro choco.


La imagen de la bahía tiene una saturación de color excesiva y Galtzagorri deja de seguir el vuelo de las gaviotas que juegan a bombardear las vidrieras con excrementos blancos de dieta de pescado. No es la dieta de Galtzagorri, sus abdominales distendidos sobre el elástico del bañador lo acreditan.


- El caso es que el deber de secreto profesional obliga al abogado a callar lo que conoce en el ejercicio de esta profesión, incluso aunque un cliente le haya estafado los honorarios y la única forma de cobrarlos sea contar lo que sabe del honorable ciudadano, mucho más a callar lo que se le ha pedido por quien puede pedirlo que no diga expresamente y con razón, porque decirlo causa unos daños enormes a víctimas de delitos impunes y no se sabe a quién puede beneficiar; la verdad, como la justicia y otros conceptos, ni siente ni padece.


La tripa de Galtzagorri no le deja ver más que las puntas de los dedos de los pies cuando mira hacia abajo, las uñas están blancas y demasiado largas, tenía que habérselas cortado en casa.


- Un ciudadano de este pequeño país pidió hace tiempo a otro abogado que contase lo que él le contaba en futuras publicaciones. « Para que tengas material para tus novelas » era su frase final en casi todas sus conversaciones, conversaciones total y absolutamente ajenas a la profesión de abogados de ambos y que se desarrollaban por las tabernas que frecuentaban.


Galtzagorri tenía que ir al podólogo de Eguía cuanto antes, no podía seguir criando champiñones en los dedos gordos, quizá tenía que arrancar todas y cada una de las uñas, se había descuidado mucho con los pies desde que acabó la temporada de excursiones montañeras.


- No sé si lo que se contaba era verdad, no sé si el que contaba llevaba la vida de Kant o la de Constant. Así que si lo habéis oído de mi boca o leído de mi pluma, ni vosotros ni yo sabemos la verdad de esas confesiones.


Parece que una segunda voz interior responde a la primera sin que Galtzagorri se altere. Repentinamente la piscina de burbujas se ha vaciado, Jon Galtzagorri aprovecha la ocasión para recuperar temperatura sentado en el jacuzzi sobre un chorro que le infla el bañador.


- Bajo secreto profesional un veterano y mecánico abogado contó lo estrictamente necesario procesalmente en su día a una persona obligada a guardar secreto también y que necesitaba herramientas para desbloquear el motor gripado de un asunto, asunto que quedó en marcha una vez que se le señaló dónde estaba el tornillo suelto de la maquinaria judicial y el sujeto se precipitó, verdaderamente se precipitó, a apretarlo a su modo y manera.


Como siempre, al poco rato de sentarse empezó a sentir ganas de mear, unas ganas inmensas, aunque Galtzagorri dudaba de que hubiera flúor en el agua que le rodeaba hasta la altura del diafragma optó por vaciar la vejiga en otro lugar.


- Las víctimas del delincuente, de la justicia, de su defensor gurú, del plumilla incombustible… tienen derecho estrictamente a la verdad judicial en nuestro sistema jurídico de derechos y deberes, es lo que hay nos guste o no. No tienen derecho a que se ponga en marcha el molino o el molinillo que ventee o revuelva cuaresmas y pasiones de hace mucho tiempo por mucho que paranoicos voceros se lo repitan. Es más de fiar el peor de los chamanes lakotas que el beyosu astur.


Los retretes de los balnearios, por muy limpios que estén, dan tirria siempre a Galtzagorri que piensa en ir un poco a la sauna después.





 

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