lunes, 12 de febrero de 2024

LOGIAS GASTRONÓMICAS


- Me alegro de que te hayas podido quedar a comer – Jon Galtzagorri está preparando las kokotxas de merluza en la cocina de la sociedad -, así no comemos solos Aristide y yo, pero tenemos que repartir entre tres lo que habíamos comprado para dos.

- Estaba dudando – contesta Manu Majors que ha servido dos copas de vino blanco de Rueda a sus amigos mientras que él bebe agua con gas de Betelu -, porque el otro día en Bilbao, un fiscal bastante cotilla que no hace falta que te lo nombre, me comentó que tú eras francmasón y mi amá me tenía prohibido relacionarme con masones, protestantes y libertinos, aunque fueran de Bilbao de toda la vida.

- ¿Masón, yo ? - Galtzagorri cuida el fuego bajo la cazuela de barro-. Las sociedades gastronómicas tienen mucho de la masonería y, durante los años del NODO, ciertamente alguna fue refugio de clandestinas « tenidas » como algunas tertulias conocidas lo fueron,  pero no es algo que me haya atraído en mi vida ¿Y a vosotros ?

- En mi familia, incluso en mi casa, hay quien está en la masonería – dice Aristide Labarthe que ha acabado de emplatar el jamón de entremés -, es una forma que ella tiene de socializar con sus amigas, yo leo las publicaciones que hacen y están bastante bien pero tampoco me atrae mucho. Al final, me parecen una secta, una secta blanca e intelectual, pero…

- En Donostia la masonería – dice Galtzagorri, poniendo la cazuela en el centro y cogiendo una loncha de jamón -, es la del estómago, con sus ritos, sus ceremonias, sus disertaciones aburridas, sus pompas con capa y txapela y su simbología extraña para profanos y esa masonería es muy poderosa, ha conseguido hacer de los « cocinitas » unos « catedráticos de culinaria » y que se les construya un gran templo masónico en el Manteo con vistas a la playa.

- Por lo que yo sé los masones son tan listos – Majors está untando pan en el plato hasta dejar la porcelana resplandeciente -, que también practican el tercer tiempo y después de sus misas o lo que sea hacen el ágape entre ellos.

- A mi todas esas cosas me acaban abriendo el apetito, así que voy a hacer unas crêpes – Galtzagorri saca del frigorífico una ensaladera con la pasta líquida amarilla -, que también requieren un ritual…


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