Aunque el Urumea a veces pasa por Landare y se queda un tiempo, la semilla del rugby llegó un día y se ha quedado para siempre, esperemos. Esta temporada estamos disfrutando de sus frutos y, como el inicio ha sido bueno, las siguientes también.
El modelo de equipo que el Hernani CRE ha elegido es distinto del propuesto por los otros tres equipos de Euskadi, Ordizia, Getxo y Gernika. Confiar en la cantera, darle el premio de competir con los mejores jugadores que los demás han podido importar, ser fiel a su filosofía y a sus valores y crecer desde sus raíces, reforzando incluso el vínculo con Hernani, son elementos atípicos en el rugby actual, aunque sea un rugby tan pequeño como el español.
No es romanticismo sin embargo, me parece que es una opción realista aquí y ahora, porque se basa en ese loable –y loado muchas veces ya-, trabajo de años que se ha llevado a cabo en Landare Toki por tantas personas y que permite sostener ese conjunto representativo de la población.
La evolución de las circunstancias puede llevar a tener que adaptarse para sobrevivir primero y para después marcarse objetivos más altos, como los otros equipos vascos han hecho pero la inteligencia de quienes los dirigen les ha llevado, con mayor o menor fortuna, a mantener ese valor del vínculo con la localidad que les hizo nacer y a la que representan y aquí los ejemplos a seguir pueden estar en los dos primeros clubes de Iparralde pero, mientras se llega a ese momento, degustemos la emoción de ver a los “tigres” de Hernani pelear cada uno de sus encuentros sostenidos por un público ejemplar en un campo –que necesita una mejora, eso sí-, donde gatearon hace un tiempo detrás de su primer balón oval.
1 comentario:
Hay algo que no puedo compartir contigo, y es el concepto de cantera. Si de verdad un club apuesta por la cantera a largo plazo para jugar en la élite, hacen falta pasos previos para que no sea flor de un día. Y esto pasa por formar a los jugadores de casa y a los entrenadores de casa de la mejor manera posible. Y para esto hacen falta varias cosas. Primero un equipo que compita a alto nivel de forma estable, lo cual incrementa el número de fichas en los equipos inferiores. Segundo un método progresivo y a largo plazo. Y tercero gente muy buena de la que aprender. Y para eso, a día de hoy, hacen falta extranjeros. Para que atraigan a los chicos al campo y para que ayuden en los entrenamientos de los pequeños con otro tipo de rugby que aún no tenemos aquí.
Sólo eso permitirá un flujo constante de jugadores correctamente preparados para jugar a alto nivel.
Así que cantera, sí, por supuesto, pero estable y a largo plazo. Y para ello se necesitan, si o si, pasos previos. Lo demás es una cuestión de azar y un poco de demagogia.
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